Belém.- El ministro brasileño de Relaciones Exteriores, Mauro Vieira, negó este martes que los países amazónicos tengan divergencias sobre la necesidad de prohibir la explotación de combustibles fósiles en la mayor selva tropical del mundo y aclaró que cada nación tiene su propio ritmo para alcanzar la descarbonización.
«No tenemos posiciones divergentes», aseguró el canciller brasileño en una rueda de prensa al ser interrogado sobre las críticas manifestadas este martes en la Cumbre de la Amazonía por el presidente de Colombia, Gustavo Petro, a los países que, como Brasil, insisten en autorizar proyectos de exploración de hidrocarburos en el mayor pulmón vegetal del mundo.
Tras la divulgación de la Declaración de Belém, una ambiciosa agenda de cooperación acordada hoy por los presidentes de los ocho países amazónicos para preservar el bioma, Vieira concedió una rueda de prensa en la que fue interrogado principalmente por las divergencias que trascendieron en la reunión.
El canciller brasileño fue interrogado principalmente sobre la ausencia en la Declaración de Belém de un compromiso claro para poner fin a la deforestación de la Amazonía en 2030, como proponía Brasil, y para prohibir nuevos proyectos de exploración de hidrocarburos en la región.
Tan solo aparece mencionado en el artículo 79 en el que dice que los países se comprometieron a «iniciar un diálogo entre los Estados Parte sobre la sostenibilidad de sectores tales como minería e hidrocarburos en la región amazónico, en el marco de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y sus políticas nacionales soberanas».
«No tenemos divergencias con Petro», insistió Vieira al ser interrogado sobre el discurso en que el presidente colombiano hizo mención al «negacionismo progresista» de los países de la región que insisten en los combustibles fósiles.
El ministro afirmó que Brasil, que insiste en un proyecto para explorar posibles enormes reservas frente a la desembocadura del río Amazonas, inició su proceso de transición hacia una economía descarbonizada en la década de 1970 cuando comenzó a producir etanol de caña de azúcar y que es uno de los países con la matriz energética y eléctrica más limpias del mundo.
«Brasil estará listo (para la descarbonización) cuando sea necesario y estamos en la delantera. Tenemos una matriz limpia y gran posibilidad de crecimiento en renovables. Estamos en el camino correcto y no estamos en desacuerdo con el presidente Petro», dijo.
Aseguró igualmente que no hubo ningún tipo de ruptura entre los países amazónicos sobre la necesidad de detener la deforestación de la Amazonía y de evitar el llamado momento de no retorno.
«Al final llegamos a un entendimiento y en la declaración hay referencias sobre poner fin a la deforestación y sobre el asunto de los combustibles fósiles», dijo.