Santo Domingo.- El presidente de la Asociación de Comerciantes y Consumidores de Cigarrillos Electrónicos de la República Dominicana (ACCE), Diego Pineda, expresó que, pese a la presunta eficacia de los cigarrillos electrónicos en facilitar la transición de los adultos fumadores hacia un hábito de “menor riesgo”, es imperativo establecer regulaciones para su venta en el país, con el propósito de proteger a los menores de edad.
“Como asociación, uno de nuestros principales propósitos es fomentar una comercialización responsable de estos productos, como parte de nuestro compromiso dentro de la industria”, explica Pineda.
ACCE dijo que plantea, además, la necesidad de establecer penalizaciones a los comercios y a las personas que incurran en la venta a menores de edad, y en general, demanda un rol más activo de las autoridades frente a esta problemática.
“Una regulación adecuada de la venta de cigarrillos electrónicos es de beneficio para la sociedad dominicana debido a que con la misma se disminuiría el comercio ilícito de estos productos, además de que beneficiaría directamente las recaudaciones fiscales”, añade Diego Pineda.
Actualmente, la entidad está buscando activamente el apoyo de los establecimientos comerciales del país, enviando comunicaciones formales para que se unan a la asociación. El objetivo es organizarse como sector y tener un impacto significativo en la regularización de estos productos, todo ello con el propósito de garantizar la protección de niños, niñas y adolescentes. Además, se destacan los beneficios colaterales que esto implica para la sociedad dominicana.
La industria del cigarrillo electrónico y los vapes es un negocio en crecimiento en el país, de la cual se espera irá reemplazando de manera significativa el cigarrillo convencional, incidiendo de manera positiva en la reducción del daño vinculado con el tabaquismo
“En el Reino Unido, el uso del cigarrillo electrónico como alternativa al cigarro tradicional es promovido por campañas gubernamentales, y han logrado disminuir la población de fumadores en un 7%. Hoy sabemos que, por su composición, estos dispositivos son considerablemente menos dañinos que el cigarrillo convencional», concluye Pineda.