SANTO DOMINGO, RD- A punto de ebullición arde la violencia en Haití, donde las bandas agudizaron el hostigamiento a la población con asesinatos, secuestros y protestas. Este domingo mataron a tiros un vicecónsul y convocaron a una nueva huelga, pero fue el secuestro de seis religiosas que hizo reaccionar al Vaticano y el propio papa Francisco pidió su liberación.
Entre la miseria, el terror y la sangre derramada, Haití sigue viviendo una de las crisis más extremas de su historia. Pero esta nueva escalada de violencia tiene matices políticos porque los seguidores de la oposición exigen la renuncia del primer ministro, Ariel Henry.
Las imágenes dan cuenta del sufrimiento del pueblo haitiano que parece no tener fecha de caducidad.
Cuando se suponía que la Policía internacional, que promete devolver el orden, ya estaría instalada en ese país, los grupos armados siguen controlando el territorio.
Este domingo fue acribillado frente al aeropuerto de Cabo Haitiano, el vicecónsul haitiano en Dajabón, Claude Joazard, según reportes de distintos medios de ese país.
Además, el pasado viernes los ocupantes de un autobús, entre ellos seis religiosas, fueron secuestrados en la capital de Haití. Los hombres armados subieron al vehículo y tomaron como rehenes a todos los pasajeros. Según el Vaticano, el hecho tuvo lugar a plena luz del día y en el centro de Puerto Príncipe.
Esta situación está provocando que decenas de familias huyan de sus hogares, engrosando los campamentos improvisados donde miles de personas subsisten en condiciones infrahumanas.
Pese a esta nueva ola de violencia en Haití, los mercados binacionales con República Dominicana se desarrollaron con normalidad y un considerable flujo de nacionales atravesaron los pasos fronterizos para abastecerse.