ESPAÑA.- Durante el festival Cruïlla 2022 de Barcelona, el destacado artista dominicano Juan Luis Guerra respondió a la gran ovación de 25.000 espectadores con una actuación de una hora y media rebosante de bachata, merengue y salsa, siempre con la magia melódica que caracteriza al autor de “La bilirrubina”.
Como en el memorable concierto de 2019 en el Palau Sant Jordi, la quincena de músicos de Los 4.40, dirigidos desde los teclados por Janina Rosado, han acompañado al cantante dominicano en un repertorio muy parecido al del disco en directo Entre mar y palmeras (2021), que ha empezado con las canciones Rosalía y La travesía, después de la cual Guerra ha pedido que todo el mundo hiciera laclave, el patrón rítmico que conecta las músicas caribeñas latinas con el suelo y que permite mantener el bailar activado todo el rato.
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No han faltado las referencias a Dios, a quien Juan Luis Guerra ruega a ritmo de merengue en piezas como Para ti. Y sobre todo ha estado presente la coreografía de la felicidad que baila el público y que esta vez ha sido impresionante: solo había que ver a miles de personas entregadas al poder de La bilirrubina, algunas incluso formando una conga gigante. Así de eufórico ha sido el final del concierto, con el Fòrum convertido en mar de felicidad.
“¿Queréis bailar salsa?”, había pedido Juan Luis Guerra una hora antes. “¡Sí, pero no hay sitió!”, gritó una espectadora, que aun así no paraba de bailar. Pocas veces se ha visto un concierto tan multitudinario en el Cruïlla, con tantísima gente implicada de pies a cabeza, y tan transversal generacionalmente. Otro ejemplo de la excepcionalidad de la tarde ha sido cuando el público ha cantado Burbujas de amor, llenando el recinto con unos versos infalibles que van de la metáfora cursi al erotismo romántico: «Quisiera ser un pez / para tocar mi nariz en tu pecera / y hacer burbujas de amor / por donde quiera / Oh-oh-oh pasar la noche en vela / mojado en ti«… Era muy emocionante sentirse dentro de esta ola eroticoromántica. Y justo después, Guerra ha dejado que los 4.40 se hicieran cargo de unos minutos de la actuación, que él ha aprovechado para coger aire y firmar discos a un espectador.