Santo Domingo.- Detrás de la crisis sociopolítica de Haití se esconde el drama humano de miles de familias que sobreviven al día a día llenos de hambre, miedo e impotencia.
Cuando el reloj marca las 8:00 de la mañana, y las puertas del paso fronterizo de Jimaní se abren dando inicio al intercambio binacional de productos, una madre haitiana impulsada por el instinto de supervivencia y el amor a sus hijos, pisa el territorio dominicano.
De forma anónima, y por su seguridad, nos cuenta que diariamente viaja desde Font Parisienne a pie, al mercado de Malpaso en busca de alimentos para sus 5 hijos.
Su familia, como la de muchos, se vio obligada a abandonar su hogar en Puerto Príncipe, por los abusos de las bandas. Al cuestionarla sobre estas manifestaciones de violencia, un atisbo de nerviosismo cruzo por su rostro… y confeso, que el temor se ha convertido en el protagonista de su vida.
Pese a esto, a viva voz ella se une al reclamo de sus compatriotas de un Estado en el que reine la democracia y la paz.