MOSCÚ.- Rusia exige que Ucrania cambie su constitución para consagrar la neutralidad, reconozca a Crimea como territorio ruso y a las repúblicas separatistas de Donetsk y Lugansk como territorios independientes, sostuvo el lunes el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov.
El funcionario dijo a Reuters que Rusia le había dicho a Ucrania que está dispuesta a detener su acción militar «en un momento» si Kiev cumplía con sus condiciones.
Fue la declaración rusa más explícita hasta el momento de los términos que quiere imponer a Ucrania para detener lo que llama su “operación militar especial” en Ucrania, que ahora atraviesa su día número doce. Para este lunes se espera la tercera reunión para tratar de buscar una salida a la sanguinaria incursión del ejército ruso en el país vecino.
Pero la invasión ya se ha cobrado la vida de miles de civiles y el Kremlin parece dispuesto a seguir con la matanza si no se atiende a sus pretensiones, las cuales, según Peskov, son conocida por Ucrania: “Y se les dijo que todo esto se puede parar en un momento”.
El portavoz del Kremlin insistió en que Rusia no busca hacer más reclamos territoriales sobre el país vecino.
“Realmente estamos terminando la desmilitarización de Ucrania. La terminaremos. Pero lo principal es que Ucrania cese su acción militar. Deben detener su acción militar y entonces nadie disparará”, dijo.
“Deberían hacer enmiendas a su constitución según las cuales Ucrania rechazaría cualquier objetivo de ingresar a cualquier bloque (se refiere puntualmente a la OTAN). También hemos hablado sobre cómo deberían reconocer que Crimea es territorio ruso y que deben reconocer que Donetsk y Lugansk son estados independientes. Y eso es todo. Se detendrá en un momento”, dijo Peskov a Reuters.
El esbozo de las demandas de Rusia se produjo cuando las delegaciones de Rusia y Ucrania se preparan para reunirse el lunes en una tercera ronda de conversaciones destinadas a poner fin a la guerra de Rusia contra Ucrania.
La invasión lanzada el 24 de febrero ha causado la peor crisis de refugiados en Europa desde la Segunda Guerra Mundial y provocó indignación en todo el mundo.