SANTO DOMINGO, RD.- Según nefrólogos aproximadamente 850 millones de personas en todo el mundo padecen de algún grado de disfunción renal y esta misma condición provocó más de 3,1 millones de muertes, según reportes del año 2019.
La deshidratación es la mayor amenaza para el proceso de purificación sanguínea y la fuente más común de estrés renal, siendo la enfermedad renal la octava causa de muerte y si no se trata a tiempo podría convertirse en la quinta principal causa de años de vida perdidos para el 2040.
Las tres medidas más importantes que se puede adoptar para proteger los riñones son:
No permitir que el organismo se deshidrate. Para ello es importante beber abundante agua: de 6 a 8 vasos de agua, de infusiones o de otras bebidas sin cafeína ni edulcorantes.
Una forma de saber si se está bebiendo suficiente agua consiste en ver si se orina lo suficiente (1,2- 1,5 litros/día).
Modera el consumo de proteínas. Las dietas que contienen demasiadas proteínas –o excesivos suplementos de vitamina C o de calcio– pueden favorecer la formación de cálculos renales.
El tabaquismo, que perjudica al flujo sanguíneo en todos los órganos.
La hipertensión arterial.
El alcohol, cuando se consume en exceso.
El consumo de cafeína y otros estimulantes.
Las cifras altas de glucemia en una diabetes mal controlada.
¿Cómo puedo saber si mis riñones funcionan mal?
La capacidad de trabajo de los riñones supera con creces la necesaria para el organismo. De hecho, algunas personas nacen con un solo riñón y mantienen una vida completamente normal, igual que las personas que donan un riñón a un familiar o amigo.
Por este motivo, los pequeños descensos en la función renal no causan problemas, pero a veces esas pequeñas disminuciones señalan que hay una enfermedad que afecta al riñón y que puede empeorar con el tiempo.
Los problemas importantes, ya hospitalarios, aparecen cuando la función renal cae por debajo del 25%. Con menos del 15% sólo la hemodiálisis o el trasplante renal pueden salvar la vida.
Por otro lado, si se detectan proteínas en la orina (proteinuria), hay que confirmar su presencia con otro análisis. En caso de corroborarse, es importante determinar su causa.
En principio el riñón solo filtra agua, minerales y moléculas pequeñas, ya que la mayoría de proteínas son demasiado grandes. Por tanto, la presencia de proteínas en la orina significa que el filtro está dañado, de forma temporal o irreversible.
Entre las posibles causas se encuentran enfermedades como la diabetes, la hipertensión arterial o la nefritis (que normalmente es autoinmune y causa daño inflamatorio al riñón).