REDACCIÓN.- Las autoridades en Grecia han recogido más de 100 toneladas de peces muertos en el puerto de Volos y sus alrededores en los últimos días, según informaron fuentes oficiales este jueves.
Esta mortandad masiva se atribuye a las extremas fluctuaciones climáticas que han afectado al país, desencadenando una serie de eventos desafortunados que comenzaron con inundaciones el año pasado y continuaron con una sequía severa en los meses posteriores.
Los peces muertos provienen principalmente del Lago Karla, un cuerpo de agua en el centro de Grecia que fue drenado en la década de 1960 y restaurado en 2018 para combatir la sequía.
La presencia de estos peces en el mar se debió a los altos niveles de agua causados por las fuertes lluvias y tormentas del otoño pasado, seguidos por un secado intenso debido a la falta de precipitaciones y olas de calor subsecuentes.
El puerto de Volos, situado a unos 320 kilómetros al norte de Atenas, y los ríos vecinos, se han visto inundados de peces de agua dulce muertos, generando un problema ambiental y económico significativo.
La Cámara de Comercio de Volos reportó un descenso del 80% en la actividad comercial en la zona costera durante los últimos tres días, impulsando a los empresarios del sector de la restauración a suspender sus operaciones debido al olor insoportable que afecta tanto a residentes como a turistas.
Para gestionar la crisis, las autoridades locales contrataron a barcos de pesca y excavadoras para retirar los peces muertos del mar y transportarlos en camiones hacia incineradoras. Sin embargo, esta operación de limpieza no ha sido suficiente para satisfacer a todos, y ha habido críticas hacia las autoridades regionales por no haber actuado con mayor rapidez.
Anna Maria Papadimitriou, vicegobernadora regional del área de Tesalia Central, informó a la televisión estatal que hay “millones de peces muertos que se extienden desde el Lago Karla hasta unos 20 kilómetros al este”. También destacó el esfuerzo titánico que están realizando múltiples contratistas para limpiar las costas y riberas afectadas.
Las recientes condiciones extremas del clima que comenzaron con una tormenta mortal el otoño pasado y siguieron con severas sequías han desestabilizado gravemente el ecosistema del Lago Karla.
La administración local de Volos acusó a las autoridades regionales de actuar de manera lenta para contrarrestar los efectos de estos fenómenos climáticos, incluso explorando opciones legales para reclamar daños y perjuicios debido al impacto económico negativo.
Entre tanto, el alcalde de Volos atribuyó parte de la responsabilidad a la falta de medidas preventivas, como la instalación de redes protectoras en la desembocadura del río para evitar que los peces de agua dulce lleguen al mar, lo que podría haber evitado la catástrofe ecológica y económica que ahora enfrentan.