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Cuál es el horario ideal para desayunar si se quiere adelgazar

REDACCIÓN INTERNACIONAL.- El reloj se impone en la vida de las personas. Pero en especial influye en el organismo. En este sentido se expresó el profesor de epidemiología genética en el Imperial College de Londres, Tim Spector, quien explicó la relación que existe entre la cena y el desayuno, y la importancia de establecer un horario para la primera comida del día.

En palabras del experto, en la actualidad la mayoría de las personas suelen cenar más tarde en la noche. Es por este motivo que recomendó que la primera comida fuerte del día siguiente se retrase hasta después de las 11 de la mañana, según explicó durante una charla en el Festival de Ciencias de Cheltenham, Reino Unido.

En ese tono, Spector puntualizó que es habitual que se termine de comer alrededor de las 9 de la noche y “un desayuno a las 11 horas es la única forma de lograr 14 horas de ayuno”. Para el experto, este hábito alimentario es más saludable para el metabolismo y la pérdida de peso, ya que seguir la estrategia durante unos meses podría ayudar a las personas a perder entre 2 y 5 kilos.

Este horario se modifica dependiendo del horario en que se termina de comer. Es por esto que señaló que el horario perfecto para perder peso puede “moverse” y acercarse al mediodía (el desayuno se convierte en un brunch) en aquellos países donde se termina de cenar a las 10 de la noche, como ocurre en América Latina. “Creo que tenemos que repensar todas las cosas que nos han dicho que no son saludables, porque está surgiendo mucha ciencia nueva”, afirmó el experto en genética al diario The Telegraph.

“Todavía hay personas, particularmente en el norte de Inglaterra, que comen antes, pero en general nos hemos movido hacia hábitos alimentarios continentales, cenando mucho más tarde como la gente en España e Italia”, agregó el experto. Al tiempo que indicó que este pequeño cambio de hábitos puede hacer la diferencia para mantener un peso saludable o bajar algunos kilos de más: “Hay un cambio simple que las personas pueden hacer modificando su desayuno de las 8 a las 11 de la mañana, que en realidad es más efectivo que las dietas de ayuno más modernas como 5:2″.

La dieta a la que hace referencia Spector fue muy difundida en el Reino Unido y consiste en comer normalmente durante cinco días y luego restringir fuertemente las calorías durante dos días. “Ayunar durante 14 horas al día y desayunar más tarde, pero comer la misma cantidad, es más fácil de lograr a largo plazo. Funciona porque los microbios en nuestro intestino tienen un ritmo circadiano como nosotros y necesitan un período de descanso”, afirmó.

Es que el además autor del libro El mito de la dieta: la ciencia real detrás de lo que comemos (The diet myth: the real science behind what we eat), señaló que “como científico, en los últimos años, concentré todas mis energías en investigar el microbioma, la gran comunidad de microbios que viven en nuestro intestino, piel y cuerpo. Aunque la investigación es nueva y está en curso, ya sabemos que estos seres juegan un papel muy importante en nuestra salud y en las epidemias actuales de obesidad, diabetes, alergia e incluso depresión”.

Su conocimiento en este aspecto es profundo, advirtió, ya que ha estudiado durante años a la tribu Hadza de cazadores-recolectores modernos que viven en Tanzania, África. Entre sus miembros, los expertos no han detectado obesidad ni diabetes tipo 2. En palabras del científico del Imperial College de Londres, la tribu no ingiere alimentos temprano en el desayuno y tienden a empezar a comer entre las 10:30 u 11 todos los días.

En su presentación, además, el experto buscó diferenciarse de una larga tradición entre los nutricionistas: se puede ignorar el consejo empezar el día sí o sí con un desayuno. “Desayunar engorda a algunas personas”, advirtió Spector en su libro Alimentarse a cucharadas: por qué casi todo lo que nos han dicho sobre la comida es incorrecto (Spoon-Fed: Why Almost Everything We’ve Been Told About Food Is Wron).

“Sabemos por nuestros estudios que todos somos diferentes, y algunas personas responden de manera diferente a los desayunos ricos en carbohidratos y grasas, por lo que es importante entender eso también”, finalizó el experto.

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