REDACCIÓN.- La adolescencia marca una etapa crucial en el desarrollo físico, social y emocional de los jóvenes, trayendo consigo desafíos tanto para ellos como para sus padres.
Entre estos cambios, el desarrollo de la personalidad y las relaciones afectivas se torna central.
Para mantener una comunicación efectiva con los adolescentes, expertos sugieren “hablar sin restricción sobre los cambios normales en su físico y sobre sexualidad; fortalecer el proyecto de vida y sus sueños, preguntar qué programas se tienen en los colegios o comunidad donde permanece el adolescente sobre temas de sexualidad, y realizar articulación con estos actores”.
Si bien los jóvenes tienen derecho a llevar de la manera que escojan su salud sexual, y son libres de escoger el método de anticoncepción que mejor consideren, es importante tener en cuenta ciertos factores dependientes tales como:
- Edad: valorar el grado de maduración biológica. Recordar que la anticoncepción hormonal para las mujeres puede instaurarse tras la aparición de la primera menstruación, sin que se afecte al desarrollo o crecimiento del adolescente.
- Grado de maduración psicológica: condiciona la motivación, aceptabilidad, el cumplimiento, el control y el seguimiento del método.
- Actividad sexual: conocer si existen o no prácticas sexuales, edad de inicio de estas, frecuencia, estabilidad de la pareja, participación de esta en la anticoncepción y número de parejas sexuales.
- Aceptabilidad: el método debe ser compatible con las creencias, valores y normas de conducta del usuario. Si existen conflictos, la aceptabilidad y el uso adecuado no estarían garantizados.
- Impacto sobre la economía: muchas veces el adolescente es quien compra el anticonceptivo, y ello hace que opte por no usarlo o por utilizar métodos como el coito interrumpido. Se debe relacionar el precio del anticonceptivo con otros gastos habituales del adolescente, y hacerle ver que más que un gasto es una “inversión” en seguridad y tranquilidad
- Entorno familiar y social: estos pueden ser facilitadores o restrictivos del uso de los anticonceptivos.
Los padres y adolescentes deben informarse adecuadamente para tomar decisiones responsables sobre su salud sexual y reproductiva.
Contar con el acompañamiento de profesionales y el apoyo de la familia es fundamental durante esta etapa, respetando las decisiones y espacios de los jóvenes, promoviendo un diálogo abierto y confianza mutua en el inicio de su vida sexual.