Cuáles son los siete hábitos fundamentales para cuidar los dientes y la boca
Redacción.- Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades bucodentales afectan a más de 3.500 millones de personas en todo el mundo. A su vez, la entidad estima que más de 514 millones de niños tienen caries.
Las consecuencias de estos cuadros van desde dolores e inflamación hasta dificultades para masticar, por lo tanto, los especialistas llaman a promover hábitos saludables e impulsar el lavado profundo de dientes tanto en chicos como en adultos.
1-Lavado de dientes. Los expertos recomiendan cepillarse los dientes de 2 a 3 veces al día: al levantarse, después del almuerzo y al acostarse. El objetivo es evitar, principalmente, la formación de sarro, que es la placa bacteriana de color marrón más adherida.
2-Uso de enjuague bucal. Según diversos pronósticos, cerca del 60% de las personas que se cepillan tienen problemas de salud bucodental, como por ejemplo el mal aliento o halitosis. Por ende, se sugiere el uso del enjuague bucal para complementar la higiene: este producto es útil para eliminar las partículas de comida que quedan después de cepillarse los dientes y llegar a más sectores de la boca.
Un buche de al menos 30 segundos puede mejorar la salud oral desde el primer uso y elimina el 99,9% de los gérmenes que causan la placa, las caries y el mal aliento.
3- Hilo dental. El uso de hilo dental tras el cepillado aparece como un hábito con beneficios múltiples, al igual que las consecuencias de no sostenerlo. “La limpieza con el hilo dental ayuda mucho al tejido gingival, que está en la encía. Si no cuidás esto facilitás la formación de placa dental y de gingivitis; la aparición de sangrado y el mal aliento”, le dijo anteriormente a Infobae el odontólogo Gaspar Ippoliti (MN 41390).
En ese tono, la Asociación Dental Americana sugirió una profunda limpieza con hilo dental al menos dos veces al día, preferentemente después de la cena y del almuerzo, en pos de reducir las partículas de alimentos y la placa.
“En primer lugar, recomiendo usar el hilo dental que tiene cera, porque es más suave y protege más las encías. Además, te permite un mejor deslizamiento entre los dientes y, al no ser de nylon, no se deshilacha”, sugirió Ippoliti. Y sumó: “Al usarlo, el movimiento no tiene que ser como el de un serrucho. Hay que ir entre diente y diente (en el punto de contacto) hasta arriba si son los superiores y hasta abajo si son los inferiores. Después, sacamos el hilo suavemente deslizando por las paredes dentales”.
4-Moderar el consumo de dulces. Los alimentos con altos niveles de azúcar pueden generar sendos inconvenientes en los dientes. Por caso, los dentistas aconsejan evitar los caramelos en todas sus versiones ya que, entre otras cosas, generan caries.
Bajo estos preceptos, si los dulces son demasiado duros para masticar, al tratar de morderlos, la dentadura puede astillarse e incluso romperse por completo. Por el contrario, cuando son blandos, pueden llevarse en una mordida los empastes o arreglos que se hicieron previamente.
5-No fumar. De acuerdo a los expertos de Mayo Clinic, “se ha asociado al hábito de fumar cigarrillos con problemas bucales y dentales, como por ejemplo, enfermedad de las encías y caída de los dientes”.
Es que fumar puede provocar mal aliento y cáncer de boca, además de darle un color amarillento a la dentadura. Asimismo, el uso de cigarrillos electrónicos o de vapeadores está asociado a un riesgo significativo en la aparición de caries, según un estudio divulgado en 2022 por la Asociación Dental Americana.
6-Acudir al dentista. Más allá de los hábitos que llevamos a cabo por nuestra cuenta, resulta esencial visitar al menos una vez cada 6 meses a un odontólogo.
Los chequeos regulares del profesional permitirán la detección rápida de potenciales problemas para la salud dental y un tratamiento adecuado para evitar que se agraven. Una atención a tiempo evita no solo las caries, sino también la pérdida de piezas dentarias y otros cuadros más graves.
7-Evitar la tensión o el estrés y cuidar la salud mental. Aunque suene inverosímil, la vorágine y las preocupaciones de la vida cotidiana pueden llevarnos a sufrir bruxismo, un trastorno que implica rechinar y apretar los dientes de manera inconsciente, generalmente, durante las horas de sueño.
En general, los motivos que generan este cuadro son la ansiedad y el estrés. Dolores de cabeza y en la mandíbula o sensibilidad en las encías son sólo algunas de las consecuencias, por lo que se debe consultar con un profesional para prevenir mayores molestias y ahondar en hábitos que morigeren las tensiones que nos genera la rutina.
En un similar sentido, recientemente, un estudio científico concluyó que podría haber niveles más altos de enfermedades bucodentales entre pacientes con “condiciones adversas de salud mental”. El trabajo estuvo a cargo de expertos de la Facultad de Odontología de San Francisco, en la Universidad de California, y se presentó en un encuentro de la Asociación Estadounidense para la Investigación Dental, Oral y Craneofacial (AADOCR). Allí, llamaron a cuidar la salud mental como una forma de prevenir problemas en los dientes y en la boca, entre otras cosas.
Para llegar a aquella conclusión, los autores realizaron un análisis transversal que comparó la prevalencia de trastornos de salud bucal según la gravedad de los problemas de salud mental.