Redacción.- Danny Baker nació mujer, pero desde pequeña mantuvo una batalla personal por reivindicar su identidad, “la de un hombre que no encontraba su lugar en el mundo”.
Ahora, como según revela gracias al boxeo, ha encontrado un espacio en el que se siente acogido y le permite crecer. “En mi vida de adolescente no sabía quién o qué era. Simplemente sabía que era diferente. Me gustaban las chicas, pero sabía que no era lesbiana. Yo era un hombre y a medida que iba creciendo seguía ese camino”, asegura Baker en una entrevista.
Baker, de 36 años, no se dio cuenta hasta los 21 años con absoluta certeza de que el género con el que nació no coincidía con su identidad y desconocía la existencia de los transexuales hasta que no vio un documental en televisión.
“Cuando era joven los problemas que tenía no se abordaban. Me volví un poco loco y terminé en prisión 13 veces antes de cumplir los 25. Fui a la cárcel por peleas insignificantes y por incumplimiento de las órdenes de libertad condicional. Era un niño que estaba un poco perdido, pero ya no lo estoy», asegura. “El boxeo me salvó la vida”