REDACCIÓN INTERNACIONAL.- Un avión de vigilancia del ejército de Canadá detectó ruidos submarinos el miércoles durante la masiva búsqueda de un sumergible que desapareció con cinco personas a bordo cuando se dirigía al pecio de Titanic, en una parte remota del Atlántico Norte.
El comunicado de la Guardia Costera de Estados Unidos no explicó a qué se debían los ruidos, aunque ofreció un rayo de esperanza para los desaparecidos a bordo de Titan mientras se calcula que podría quedarles oxígeno para un día, si el submarino sigue funcionando.
Mientras, persisten las dudas sobre cómo podrían llegar los equipos a la embarcación perdida, que podría encontrarse a unos 3.800 metros (12.500 pies) de profundidad, cerca del lugar donde descansa el histórico transatlántico. Advertencias recién descubiertas sugieren que se habían hecho importantes advertencias sobre la seguridad del sumergible antes de su desaparición.
A bordo iba el piloto Stockton Rush, CEO de la empresa organizadora de la expedición, OceanGate. Sus pasajeros eran un aventurero británico, dos miembros de una familia de empresarios paquistaníes y un experto en el Titanic.
La Guardia Costera escribió en Twitter que un P-3 Orion canadiense, un avión de patrulla marítima, había “detectado ruidos submarinos en la zona de búsqueda. Los rescatistas trasladaron entonces un robot submarino a esa zona, cuyas búsquedas “han arrojado resultados negativos pero continúan”.
“Los datos del avión P-3 han sido compartidos con nuestros expertos de la Armada estadounidense para un análisis más profundo que se tendrá en cuenta en planes de búsqueda futuros”, indicaron los guardacostas.
El comunicado se publicó después de que la revista Rolling Stone, citando lo que describió como emails internos del Departamento de Seguridad Nacional sobre la búsqueda, reportó que los equipos escucharon “ruidos de golpes en la zona cada 30 minutos”.
En los desastres submarinos, cuando la tripulación no puede comunicarse con la superficie recurre a dar golpes en el casco del sumergible para ser detectados por un sonar. Sin embargo, ningún funcionario ha sugerido públicamente que este sea el caso y los ruidos podrían proceder de diversas fuentes.