De acuerdo a algunos investigadores los orígenes del cacao se sitúan en la Región Amazónica (cuenca alta del río Amazonas y río Orinoco). Se estima que los antiguos pobladores mesoamericanos descubrieron y transportaron el cacao hasta América Central, extendiéndose a Sudamérica y México. Se hallaron evidencias de su uso ritual en la cultura olmeca.
En algunas culturas precolombinas se utilizó el cacao como moneda, siendo un producto de mucho valor. En investigaciones arqueológicas de hace casi una década se encontraron evidencias de hace más de 5.000 años del cultivo y consumo de cacao por parte de la cultura mayo-chinchipe-marañón, así como el intercambio comercial con las culturas de la costa, en la Amazonia Ecuatoriana.
Se han encontrado trazas y restos de teobromina (cáscara del cacao) en análisis efectuados con Carbono catorce en vasijas que datan de 1.750 a.c. en Veracruz. En Honduras los estudios arqueológicos estiman la data del consumo de cacao desde el 1.000 a.c.
Los europeos conocieron este fruto después del proceso de conquista y colonización de América, siendo considerado posteriormente en Europa como un artículo de lujo.El chocolate (como producto procesado del cacao) se introdujo en Europa en el siglo XVI por los españoles, siendo muy popular en la realeza y las clases altas.
El Monasterio de Piedra fue el primer lugar donde se elaboró el chocolate en Europa, en el año 1524. En el siglo XVII se introdujo el chocolate en Francia, gracias al apoyo de las reinas Ana y María Teresa de Austria.
El fruto del cacao tiene forma de baya alargada y ovalada, que pesa aproximadamente 450 gramos cuando está maduro. Contiene entre 30 y 40 semillas de color marrón-rojizo, con sabor amargo y astringente, cubiertas de una pulpa blanca dulce y comestible.