Nueva York.- El terrorista uzbeco que atropelló y mató a ocho personas (cinco de ellas argentinas) en Nueva York en 2017 fue este miércoles condenado a diez cadenas perpetuas más 260 años de cárcel, según informó el Departamento de Justicia.
Son una sentencia de perpetuidad por cada víctima mortal, más dos suplementarias, más los 260 años, según la sentencia del juez Vernon Broderick, que aplicó así el veredicto alcanzado el pasado 3 de marzo por el jurado, que por su parte rechazó aplicarle la pena de muerte tras unas deliberaciones que duraron 9 horas.
Sayfullo Saipov, de 35 años y yihadista confeso, embistió con un camión a las personas que se encontraban en un carril-bici en Manhattan en la noche de Halloween de 2017, causando la muerte a ocho y heridas a doce más.
En la sesión de hoy, Saipov tomó la palabra durante más de una hora, según relataron varios medios presentes, y pronunció un discurso plagado de referencias religiosas y apuntando con un dedo al cielo en numerosas ocasiones, mientras citaba a diferentes profetas del Corán e incluso a Adán y Eva y la tentación de la serpiente.
El juez dio la palabra a familiares de los muertos, como la argentina Gabriela Pereya, viuda de Ariel Erlij, que se encaró con Saipov: «Tu dios cree que eres un cobarde porque no te mataste cuando los mataste a ellos. Y si quieres que Él te acepte y te quiera, ve y mátate», le espetó, según la cadena Fox News.
Los argentinos muertos formaban parte de un grupo de diez amigos residentes en la ciudad de Rosario que celebraban juntos en Nueva York el 30 aniversario de su graduación universitaria cuando encontraron la muerte.
También tomó la palabra una superviviente al atentado, Rachel Pharn, quien le dijo que sus actos «no sirven a Alá», y le preguntó: «Si dices que no lo lamentas, que lo hiciste a propósito, ¿es eso cierto? Necesito saber por qué, cómo puedo arreglarte, y cómo puedo arreglar el mundo a mi alrededor», dijo ante la corte.
De los doce heridos, algunos quedaron con las piernas amputadas y muchos tienen enormes cicatrices en su cuerpo.
Los fiscales del caso habían dejado un documento escrito que decía: «Saipov es un desvergonzado terrorista, un orgulloso asesino que no merece ninguna compasión y debe ser castigado hasta donde permita la ley», dijeron.