EE.UU.- El candidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos, Donald Trump, aseguró, durante un discurso en una gala organizada por una organización de cristianos evangélicos, que es la única persona que puede detener la Tercera Guerra Mundial.
El ex presidente también afirmó que así lo hará si llega a ser presidente incluso antes de pisar el despacho oval. «Poco después de que gane la presidencia tendré resuelta la guerra entre Rusia y Ucrania. Lo haré en 24 horas. No es difícil de hacer», aseveró.
Durante el mismo discurso Trump cargó contra Joe Biden acusándolo de haber recibido millones en sobornos por parte de China. «Nos acabamos de enterar ayer que está siendo sobornado por China. Le han pagado millones y millones de dólares en sobornos.
“Lo están sobornando”, afirmó. Asimismo, volvió a insistir en que el Gobierno de Joe Biden está llevando a cabo «una cacería de brujas» contra su persona para interferir en las elecciones presidenciales que se celebrarán en el año 2024. «Si no me postulara o si me fuera mal en las encuestas toda esta mierda de investigación se detendría de inmediato», manifestó.
Cabe decir que Donald Trump fue acusado de 37 cargos federales sobre los que se declaró inocente. Estos delitos están relacionados con la supuesta retención de documentos por parte del ex mandatario americano quien habría guardado informes clasificados en su mansión de Mar-a-Lago, en Palm Beach (Florida).
Después de comparecer el pasado 13 de junio ante el juez, Trump quedó libre tras haber sido imputado de estos delitos por los que, de ser hallado culpable, podrían condenarle a 400 años de cárcel.
Pero si finalmente es condenado ¿podría Trump ser presidente desde la cárcel? la respuesta es que sí. El Tribunal Supremo ha establecido que los únicos requisitos para ser presidente se encuentran en la Constitución, que son tres: tener al menos 35 años, ser ciudadano natural y haber vivido en Estados Unidos al menos 14 años.
Por ello, Trump no tiene obstáculos legales para presentarse a la presidencia, siendo un delincuente convicto o incluso entre rejas. Además, hay un precedente: el populista socialista Eugene V. Debs ya lo hizo hace un siglo, recibiendo además un millón de votos.
Es incluso posible que Trump sea presidente desde la cárcel o, por lo menos, candidato del Partido Republicano, donde lidera las encuestas de las elecciones primarias de esta agrupación y más importante: la carrera por la recaudación de fondos, vital en unas luchas tan largas y en un país tan grande. Por insólito que pueda resultar, no hay ningún artículo en la Constitución que prohíba presentarse a convictos a la Casa Blanca.
En el caso de Nueva York, acusado de falsificar registros comerciales, un delito estatal que conlleva un máximo de cuatro años de prisión cuando se imputa como delito grave, en caso de ser declarado culpable, no se espera que vaya a la cárcel: los jueces rara vez condenan a prisión a quienes delinquen por primera vez por ese tipo de delito.
Hay otras tres investigaciones penales en curso sobre Trump -una en Georgia por supuesta interferencia electoral y dos en Washington- podrían terminar en cargos por delitos más graves y conllevar un mayor riesgo de prisión.
Una victoria electoral de Trump entre rejas podría abrir una crisis constitucional: primaría la necesidad de que un presidente debidamente elegido cumpla con los deberes de su cargo sobre una condena penal.
Por ello, requeriría que la sentencia al menos quedara en suspenso. Si Trump fuera condenado por un delito federal, podría incluso intentar indultarse a sí mismo inmediatamente después de asumir el cargo.