REDACCIÓN: El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, manifestó que dejará de suministrar armas ofensivas a Israel que puedan ser usadas en un ataque a gran escala contra la ciudad de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, en donde se ha refugiado más de un millón de civiles desde que empezó la guerra, hace siete meses.
Asimismo, agregó que su país todavía estaba comprometido con la defensa de Israel y que proporcionaría interceptores de cohetes de la llamada Cúpula de Hierro y otras armas defensivas, pero que si Israel entra en Rafah, no suministrará las armas ni los proyectiles de artillería utilizados.
Biden matizó que “todavía los israelíes no han entrado a Rafah, pero si entran a Rafah, no suministrará las armas que se han utilizado históricamente para lidiar con Rafah y con las otras ciudades”.
Estados Unidos ha proporcionado históricamente enormes cantidades de ayuda militar a Israel.
Esta tendencia se ha acelerado tras el atentado de Hamas del 7 de octubre, en el que murieron unas 1,200 personas en Israel y unas 250 fueron secuestradas por militantes.
Los comentarios de Biden y su decisión la semana pasada de suspender un envío de bombas pesadas a Israel son las manifestaciones más llamativas del creciente distanciamiento entre su administración y el gobierno del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
Biden ha dicho que Israel tiene que hacer mucho más para proteger la vida de los civiles en Gaza.
Israel ya ha desafiado las objeciones de EEUU y de organismos internacionales y lanzó ataques a Rafah el lunes.
Biden asegura que la ofensiva no ha ido más allá y que Israel aún no se han adentrado ni invadido el territorio.