El 65 % de las adolescentes en RD han sufrido violencia sexual, según Unicef
SANTO DOMINGO.- En este año 2022, se conmemora el 10ª aniversario del Día Internacional de la Niña, en este decenio se ha avanzado en sus derechos, pero todavía se enfrentan a muchos desafíos para poder desarrollar todo su potencial.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) advierte en esta simbólica fecha sobre las desigualdades que padecen ellas, por ser niñas, ya que continúan teniendo retos importantes en lo que respecta a su educación, bienestar físico y mental, y la protección necesaria para una vida libre de todo tipo de violencia, y esto va desde incluye el aspecto psicológico, la agresión física, el abuso sexual e incluso al feminicidio. Además, los perpetradores de estos crímenes están cerca de las niñas: en sus casas, en sus escuelas y en sus familias, siendo estos los espacios más inseguros para ellas.
De su lado, Rosa Elcarte, representante residente del Fondo que trabaja con la infancia, indica que “la niñez y la adolescencia son períodos clave en los que las niñas y los niños aprenden e interiorizan normas sociales y de género nocivas, que generan desigualdades entre niños y niñas, y estas disparidades tienen consecuencias en todos sus caminos”.
Asegura, a su vez: “ahora es el momento de acabar con los estereotipos, y de garantizar que toda la niñez esté protegida. De lo contrario, es más probable que sufran y perpetúen las mismas normas sociales dañinas cuando sean adultos”.
“Hacemos un llamado a los hombres para que asuman la corresponsabilidad del mantenimiento y de la educación de los hijos e hijas, y a las madres y los padres para que fomenten entornos familiares, culturales y sociales que no discriminen a las niñas sobre los niños; que no las sexualicen y cosifiquen, para que no las empujemos a un embarazo o una unión temprana, para que las niñas se puedan empoderar y definir la mejor forma de vida para su desarrollo personal”, expresa la máxima autoridad de UNICEF en la nación dominicana.
En el ámbito global, más de 2,5 millones de mujeres no tienen acceso a servicios básicos de higiene menstrual. Las niñas y las adolescentes tienen más riesgos, ya que, según el comunicado, la falta de acceso a la salud e higiene menstrual restringe la movilidad y las opciones personales de las niñas, afectando la asistencia a la escuela y a la participación en la vida comunitaria; comprometiéndose su seguridad, así como causando estrés y ansiedad adicionales. La equidad menstrual protege la dignidad, genera confianza y fortalece la salud y los derechos sexuales y reproductivos.
“Felicitamos al país por algunos avances en los derechos de las niñas, como la ley que prohíbe el matrimonio infantil, o la política pública para la prevención y la atención de las uniones tempranas y el embarazo adolescente, pero queda un largo trayecto por recorrer para terminar con la desigualdad de derechos entre los niños y las niñas”, refiere la representante de UNICEF.
En República Dominicana, según datos de la ENHOGAR-MICS 2019, se revela que el 20% de las mujeres jóvenes tiene su primer hijo antes de los 18 años. En las investigaciones, los números aumentan a 34% entre las más vulnerables y a 49% entre las que solo terminan la primaria. Uno de los hallazgos más preocupantes es que el 2% de las mujeres jóvenes tuvo un hijo antes de los 15 años, y bajo esta cifra frecuentemente pueden esconderse situaciones de abuso, de incesto y de violencia sexual.
Respecto a las estadísticas de uniones tempranas de menores de 18 años, en territorio dominicano ha habido algunos avances, reduciéndose de 37% en 2014 a 32% en 2019, siendo importante remarcar que, entre la población de menos recursos económicos, esta cifra bajó de 60% (2014) a 49% (2014). También, se redujeron las cantidades de uniones tempranas en menores de 15 años de 12% (2014) a 9% (2019). A pesar de este avance, el país presenta cifras mucho más elevadas que la media latinoamericana, donde el 22% de las menores de 18 años están unidas o casadas.
La reducción de la pobreza, la educación, los cambios de normas sociales y las pautas culturales que promueven la desigualdad de derechos entre niños y niñas, y entre hombres y mujeres, juntamente con una higiene menstrual adecuada; y la educación sexual y reproductiva son elementos imprescindibles para conseguir avanzar en los derechos de las niñas y las adolescentes.
Se señala que las niñas con discapacidad enfrentan discriminación múltiple e interseccional en el ejercicio y goce de sus derechos, puesto que suelen correr un mayor riesgo, tanto dentro como fuera del hogar; de violencia, de lesiones o de abuso, de abandono o de trato negligente. De malos tratos o de explotación, y tienen hasta tres veces más riesgo de violación que las niñas sin discapacidad, asimismo tienen el doble de probabilidades de experimentar otras formas de violencia de género.
“El progreso es posible, pero necesitamos acelerar la acción para garantizar los derechos humanos de todas las niñas. Hoy en día, en el mundo, una niña tiene aproximadamente un tercio menos de probabilidades de ser sometida a la mutilación genital femenina que hace 30 años, y casi una de cada cinco chicas, en la actualidad, se casa; cuando es niña, en comparación con una de cada cuatro niñas que se unieron en matrimonio hace una década”, externa la doctora.
Elcarte López, enfatiza en que “las niñas adolescentes del mundo, de 10 a 19 años, han demostrado una y otra vez que, si se les facilitan las habilidades y las oportunidades, ellas mismas pueden ser las que impulsen el progreso en sus comunidades, construyendo un futuro más sólido para todos donde se incluyan no solo a las mujeres y a las niñas, sino también a los niños y a los hombres”.
UNICEF pide a todos sus socios: gobiernos, el sector privado, los medios de comunicación y las comunidades en general que defiendan la igualdad de derechos de la niñez en sus trabajos y ayuden a combatir los estereotipos que frenan a las niñas. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, afirma en su nota comunicativa que, los medios de comunicación tienen un papel especial que desempeñar para resaltar las inequidades, y así empoderar las voces, el liderazgo y la agencia de las niñas.