ROMA.- El papa Francisco ha expresado su «admiración» por el modo en el que el pueblo ucraniano afrontó nueve meses de guerra tras la invasión rusa, en una carta publicada hoy en la que también recordó el 90 aniversario del «genocidio» del Holododor, la gran hambruna sufrida en época soviética.
«Queridos hermanos y hermanas, en este mar de males y dolores, y noventa años después del terrible genocidio del Holodomor, estoy admirado por vuestro buen fervor. Pese a la enorme tragedia que está sufriendo, el pueblo ucraniano nunca se desanimó o se abandonó a la conmiseración», escribió en la misiva, datada el 24 de noviembre.
Y agregó: «El mundo ha reconocido a un pueblo audaz y fuerte, un pueblo que sufre y reza, llora y lucha, resiste y espera».
Francisco, preocupado por este conflicto y sus posibles consecuencias desde su comienzo, el pasado 24 de febrero, lamentó una vez más que se haya «desatado la absurda locura de la guerra» y se preguntó «cómo pueden los hombres tratar así a otros hombres».
«Vuestro dolor es el mío», apuntó, para encomiar a los distintos sectores sociales ucranianos que padecen esta situación.
Aludió a los niños muertos bajo las bombas, escribiendo los nombres de algunos, como Kira de Odesa o Lisa de Vinnytsia: «Lloro con vosotros por cada pequeño que, a causa de esta guerra, perdió la vida (…). En cada uno de ellos está la derrota de toda la humanidad», denunció el pontífice.
También recordó a los jóvenes que «para defender valientemente la patria han tenido que tomar las manos en vez de los sueños que habían cultivado para el futuro».
«Pienso en vosotras, madres, que habéis perdido a vuestros maridos y mordiéndoos los labios continuáis en el silencio, con dignidad y determinación, a hacer todo sacrificio por vuestros hijos», dijo.
Francisco también lamentó la situación de los ancianos en Ucrania que «en vez de pasar un sereno ocaso han sido arrojados a la noche tenebrosa de la guerra» o de las mujeres que padecen violencias.
Y elogió a los voluntarios que asisten a los desplazados, heridos o damnificados en Ucrania, máxime con la llegada del invierno que hará la situación «aún más trágica».
El pontífice argentino también tuvo palabras para las autoridades ucranianas, por las que aseguró que reza, pues «sobre ellas pesa el deber de gobernar el país en tiempos trágicos y de tomar decisiones a largo plazo por la paz y que desarrollen la economía durante la destrucción de tantas infraestructuras vitales, en ciudades y pueblos».