Redacción Internacional.- Desde la compra de Twitter a finales de octubre de 2022, Elon Musk se ha embarcado en una cruzada para minimizar los gastos de la empresa.
El magnate ha despedido a más de la mitad de la plantilla, acabado con los programas de guardería y otras ventajas o subvenciones que la compañía ofrecía a los empleados y cerrado varias sedes internacionales. También, parece, ha dejado de pagar el alquiler de varias de sus oficinas.
Según la empresa propietaria del inmueble, situado en el número 650 de California Street, Musk debe 130.000 dólares, correspondientes al mes de noviembre, que no se han abonado.
Se trata de un edificio en el barrio de Chinatown de San Francisco que Twitter alquiló por un periodo de siete años en 2017 como espacio adicional para parte de sus trabajadores. La sede central, situada a unos 15 minutos de paseo en el número 1355 de Market Street, se había quedado pequeña.