REDACCIÓN.- La cocaína rosa está en el centro de las acusaciones contra el magnate musical Sean Diddy Combs, sumando un elemento más a la controversia que rodea al empresario del hip-hop.
La presencia de esta sustancia cobra relevancia adicional debido a una demanda presentada en febrero por Rodney Lil Rod Jones, productor y ex videógrafo de Combs, quien acusa al empresario musical de acoso sexual.
Según los documentos judiciales, todos los empleados de Sean Combs, desde el mayordomo hasta el personal de limpieza, estaban obligados a portar bolsos o riñoneras conteniendo cocaína, GHB, éxtasis, gomitas de marihuana y tusi.
La demanda señala específicamente a Kristina Khorram, ex jefa de personal de Diddy, como la responsable de exigir que las drogas preferidas del rapero estuvieran disponibles inmediatamente cuando las solicitara.
Jones afirma haber presenciado la distribución de estas sustancias a Combs y sus “invitados celebridades” en un yate y en sus residencias de Los Ángeles, Nueva York y Miami.
En su demanda, Rodney Jones también acusa a la rapera Yung Miami (quien mantuvo una relación intermitente con Combs desde 2021 hasta 2024) de transportar cocaína rosa para el famoso rapero y de actuar como trabajadora sexual.
Por su parte, la artista, cuyo nombre real es Caresha Romeka Brownlee, negó estas acusaciones en abril.
Lamar Odom, ex jugador de la NBA y adicto en recuperación, comentó recientemente a TMZ sobre cómo estas drogas pueden causar alucinaciones auditivas que podrían haber contribuido a la muerte del ex integrante de One Direction.
“Si estás escuchando voces, es difícil escapar de ellas”, declaró el ex jugador de Los Angeles Lakers.
Las fiestas sexuales de Diddy
La situación legal de Sean Diddy Combs se ha complicado significativamente. Tras las redadas en sus residencias de Los Ángeles y Miami, fue arrestado en Nueva York y un gran jurado federal lo acusó de tráfico sexual, crimen organizado y transporte para ejercer la prostitución. El rapero se declaró no culpable de todos los cargos.
Los fiscales han centrado su atención en los denominados “freak offs”, descritos como actuaciones sexuales altamente organizadas que involucran a trabajadores sexuales masculinos y mujeres presuntamente forzadas o coaccionadas a participar.
Según la acusación, estos eventos, organizados por Combs, frecuentemente incluían un uso intensivo de narcóticos y podían extenderse durante días.
Los abogados del productor musical rechazaron enérgicamente las acusaciones de Rodney Lil Rod Jones, calificándolo de “estafador” en busca de beneficio económico.