Puerto Príncipe- Una aparente calma vive este viernes Haití, tras los actos violentos del jueves, cuando policías atacaron la residencia privada del primer ministro de Haití, Ariel Henry, por la indiferencia de las autoridades frente a la muerte de más de una decena de agentes a manos de grupos armados este mes.
Las escuelas, cerraron sus puertas por segundo día consecutivo como medida preventiva.
Ni el Gobierno ni la Policía Nacional se han pronunciado públicamente sobre lo acontecido ayer, que provocó la paralización de las actividades comerciales.
Durante el ataque del jueves a la residencia de Henry, ubicada en el sector Delmas 60, en Puerto Príncipe, se registraron daños materiales y se oyeron fuertes disparos, mientras que varios vehículos resultaron con los cristales rotos.
Posteriormente, los manifestantes trasladaron su protesta a los alrededores del aeropuerto Toussaint Louverture de Puerto Príncipe, donde levantaron barricadas y quemaron neumáticos, provocando la paralización del tráfico y retrasando el aterrizaje del avión en el que Henry regresaba de Argentina tras participar en la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
Haití vive inmerso en una aguda crisis en todos los órdenes y en una espiral de violencia, ante lo cual sus autoridades han pedido el envío de una fuerza extranjera.