Redacción. ― El apagón prolongado en Cuba ya alcanzo su cuarto día consecutivo y ha paralizado casi todos los sectores de la vida cotidiana en la isla. Negocios, hospitales, transporte y hogares están sumidos en la oscuridad, lo que ha obligado a la población a adaptarse de forma desesperada a una situación que parece no tener solución inmediata.
Las autoridades cubanas no han ofrecido una respuesta clara sobre cuándo se restablecerá el servicio eléctrico, lo que aumenta la incertidumbre en una población ya agobiada por la inflación, la escasez de alimentos y productos básicos, y el colapso de los servicios públicos.
Desde el primer momento el El Ministerio de Energía y Minas (Minem) había advertido que las tareas de recuperación del SEN iban a ser complejas y graduales.
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El ministro de Energía y Mina, Vicente de la O Levy reconoció que la situación en el sistema eléctrico es “muy tensa” y que la falta de electricidad ha dejado “a la mayoría de los cubanos” sin agua en sus casas. Los motores que bombean el líquido hacia los hogares utilizan electricidad.
Los apagones son habituales desde hace años, pero la situación se ha agravado en las últimas semanas. En los últimos días se han registrado jornadas con tasas de afectación máxima superiores al 50%, esto es, momentos en que la mitad del país estaba simultáneamente sin corriente.
Los frecuentes apagones dañan la economía cubana -que en 2023 se contrajo un 1,9% y se encuentra aún por debajo de los niveles de 2019, según datos oficiales- e impulsan el descontento social en una sociedad afectada por una crisis económica agravada en los últimos años.
También han sido el detonante de protestas contra la dictadura de Miguel Díaz-Canel, incluidas las del 11 de julio de 2021 -las mayores en décadas-, las de Nuevitas y La Habana en agosto y septiembre de 2022, y las del pasado 17 de marzo en Santiago de Cuba (este) y otras localidades.