REDACCIÓN INTERNACIONAL- Un juzgado de San Salvador decretó el lunes que tres directivos del equipo Alianza y dos empleados del estadio Cuscatlán permanezca en prisión preventiva para ser procesados por una estampida de aficionados que dejó nueve muertos y 51 lesionados.
La Fiscalía les imputa el delito de infracción a las reglas de seguridad en modalidad agravada y, de ser encontrados culpables, pueden recibir condenas de hasta ocho años de prisión.
“El señor juez decretó la detención provisional en contra de todos los imputados”, dijo uno de los fiscales del caso en un vídeo publicado en Twitter en la cuenta oficial del Ministerio Público.
Explicó que el Ministerio Público había solicitado que fueran procesados por el delito de agrupaciones ilícitas, pero “el juez tuvo a bien modificar la clasificación jurídica del delito al de infracción a las reglas de seguridad, en su modalidad agravada”.
Ni los defensores, ni los fiscales del caso, accedieron a contestar preguntas de los periodistas apostados fuera del centro judicial, ya que no se permitió el ingreso a la sala de audiencias.
Los procesados son Pedro Hernández, presidente del club de fútbol Alianza; Edwin Abarca Ventura, gerente de seguridad del club; y Zoila Córdova, gerente financiera. También están imputados Reynaldo Avelar, gerente general de EDESSA, empresa dueña del estadio Cuscatlán, y Samuel García Montano, encargado de las llaves del estadio
Esta es una nueva acusación penal contra los implicados en el caso de la estampida en el estadio Cuscatlán el pasado sábado 20 de mayo.
Inicialmente, los implicados fueron procesados por delitos de homicidio culposo y lesiones culposos y estragos agravados, pero el 2 de junio todos fueron sobreseídos tras llegar a un acuerdo de conciliación económica entre los acusados y los familiares de las víctimas.
La Fiscalía apeló la resolución, pero aún no se conoce la respuesta del juzgado.
La tragedia ocurrió el sábado 20 de mayo por la noche, pocos minutos después de iniciado el partido de fútbol de vuelta entre Alianza y FAS por los cuartos de final de la liga salvadoreña.
Según las autoridades y declaraciones de testigos, cientos de aficionados enfurecieron al verse impedidos de entrar al estadio pese a tener boletos comprados. Luego, comenzaron a empujar hasta derribar un portón, causando la estampida.
La Fiscalía también investiga la presunta sobreventa de boletos y hasta la venta de alcohol fuera del estadio, ante la presencia ese día de personas en estado de embriaguez.