San José.- Al menos 45 migrantes han muerto o desaparecido entre República Dominica, Puerto Rico y Haití en lo que va de año, según el Proyecto Migrantes Desaparecidos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Los 41 muertos o desaparecidos entre República Dominicana y Puerto Rico y los 4 entre Haití y República Dominicana forman parte de los al menos 1.104 migrantes fallecidos o desaparecidos hasta ahora en las rutas de las Américas, lo que indica que «debe ser un llamado a la acción» para la zona, dijo este viernes el monitor regional para las Américas del Proyecto Migrantes Desaparecidos, Edwin Viales, en una sesión de trabajo con organizaciones que integran una red al respecto.
Viales afirmó que hay «un gran subregistro» en los datos en zonas como la selva del Darién, que enlaza a Sur y Centroamérica, así como en la frontera entre México y Estados Unidos, considerada de las más peligrosas del mundo para los migrantes.
Los datos hasta este viernes del Proyecto Migrantes Desaparecidos indican que en lo que va de 2023 han muerto o desaparecido 1.104 personas en las rutas de las Américas, de ellos 370 debido a ahogamientos, 282 a accidentes de vehículos, 148 a condiciones ambientales, falta de albergue, comida o agua; 77 a actos de violencia, 76 a muertes accidentales, 34 a enfermedades o falta de acceso a la salud y 117 por motivos desconocidos.
Los datos señalan que 533 migrantes han fallecido o desaparecido en la frontera entre México y Estados Unidos, 75 en la ruta de Cuba hacia Estados Unidos, 42 en el Darién, 41 entre República Dominicana y Puerto Rico y 4 entre Haití y República Dominicana. Del resto de desaparecidos o muertos contabilizados se desconoce la ruta del suceso.
Desde 2014, año desde el cual el Proyecto recopila estas cifras, se contabilizan 8.569 migrantes muertos o desaparecidos en las Américas.
En la sesión celebrada este viernes, la oficial de operaciones y emergencias de la OIM, Mariela Guajardo, comentó que el Pacto mundial sobre migración segura, ordenada y regular «evoca un imperativo moral y humanitario de prevenir la pérdida de vidas y otras tragedias y presenta acciones para los gobiernos».
Sin embargo, lamentó que casi cinco años después «desde que se aprobó el pacto el objetivo sigue escasamente implementado en todo el mundo» y agregó que «la más trágica evidencia de la falta de implementación son las muertes de migrantes».
Durante la reunión, los participantes destacaron la importancia de abordar las muertes y desapariciones desde un punto de vista humano y no simplemente como una estadística y brindar acompañamiento a las familias de las víctimas, así como la necesidad de crear una memoria histórica e impulsar una mayor coordinación local, bilateral y regional para prevenir decesos y desapariciones.