SANTO DOMINGO.- El pasado 14 de agosto, una explosión en la ciudad de San Cristóbal causó estragos en un área de seis cuadras, afectando a alrededor de 83 edificaciones, según un informe de la Oficina de Evaluación Sísmica y Vulnerabilidad de Infraestructura y Edificaciones (Onesvie). Las edificaciones, en su mayoría destinadas a actividades comerciales, sufrieron daños significativos debido al incidente.
A pesar de la magnitud del desastre, se informa que apenas un poco más de una docena de estas edificaciones contaban con seguros, como informó James García, presidente de la Cámara Dominicana de Aseguradores y Reaseguradores (Cadoar). Las estimaciones preliminares sugieren que los daños a los negocios asegurados podrían oscilar entre los 100 y 200 millones de pesos.
La explosión, que también resultó en un incendio, ya ha cobrado la vida de 33 personas, dejando una trágica estela de destrucción. Los negocios en la zona se han visto desprotegidos ante la magnitud de la catástrofe. García lamentó la falta de cobertura en la zona y destacó que algunos de estos negocios podrían haber evitado importantes pérdidas si hubieran estado asegurados.
La investigación inicial del Cuerpo de Bomberos de San Cristóbal apunta a que la explosión y el incendio fueron causados por gases combustibles acumulados sin ventilación en la empresa de reciclaje de plásticos Vidal Plast. El epicentro de la explosión se localizó en una concurrida calle, generando ondas expansivas que dañaron edificaciones y vehículos en los alrededores debido al intenso calor liberado por el siniestro.
Onesvie realizó una evaluación de los daños el 22 de agosto, concluyendo que el 6 % de las edificaciones de viviendas sufrieron daños estructurales, mientras que el 27 % no presentó daños de este tipo y el 67 % no sufrió daños en sus estructuras. En el informe se recomendó la demolición de tres edificaciones comerciales seriamente afectadas.
El presidente de Cadoar, James García, también hizo mención al reciente paso de la tormenta Franklin, ahora convertida en huracán, indicando que las pérdidas en edificaciones aseguradas fueron mínimas. Sin embargo, subrayó la preocupante falta de cultura de seguros en la República Dominicana, con la mayoría de las viviendas afectadas por inundaciones careciendo de cobertura. La situación se vuelve aún más crítica ante los efectos del cambio climático, que aumentan la vulnerabilidad de la isla ante huracanes y terremotos.
García resaltó la necesidad de una mayor conciencia sobre la importancia del seguro en un contexto donde eventos climáticos extremos pueden resultar en pérdidas devastadoras. Enfatizó que solo a través de la preparación y la protección adecuadas se podrán mitigar los impactos económicos y sociales de futuros desastres naturales.