Puerto Príncipe.- En medio de un recrudecimiento de la violencia armada, Haití se encuentra en un callejón sin salida con una crisis en todos los órdenes, mientras aguarda por el despliegue de una misión multinacional de las Naciones Unidas, que liderará Kenia.
El Parlamento de Kenia aprobó este jueves el despliegue de mil agentes de su Policía en Haití como parte de una misión multinacional de la ONU, reclamada en varias ocasiones por el primer ministro, Ariel Henry, en medio de una crisis marcada por la violencia extrema de las bandas, que han causado centenares de asesinatos, violaciones, secuestros y otros crímenes.
Las autoridades haitianas, desbordadas desde hace años por las bandas armadas e incapaces de poner en marcha medidas que garanticen la seguridad de vidas y bienes, confían en que esa misión, de la que previsiblemente formarán parte varios países caribeños, ayuden al empobrecido Haití a luchar contra la inseguridad.
La ONU ha señalado que la misión no se asemejaría a una fuerza de paz o de interposición, como suele ser habitual, sino que sería una mera fuerza de apoyo policial a las órdenes de la Policía haitiana.
Un Estado sin autoridades establecidas
Desde hace varios meses, Haití carece de representantes electos debido a la continua postergación de las elecciones y al asesinato en 2021 del presidente del país, Jovenel Moise, situación que exacerbó la fragilidad política y económica, facilitando la capacidad de las bandas para aumentar su poder y control sobre el país, cuya máxima autoridad actual es el primer ministro.
Henry, quien lleva más de dos años y medio en el poder, no ha cumplido las promesas hechas en un acuerdo firmado con varios partidos, entre ellas el establecimiento de un clima de paz y la celebración de elecciones creíbles, honestas y democráticas.
Varias misiones regionales han visitado el país en los últimos meses en el marco de interminables diálogos con diferentes actores políticos con vistas a encontrar una solución a la crisis, sin que hasta el momento se haya logrado avanzar.
En el ambiente político local se rumorea que Henry dimitirá el 7 de febrero, mientras que algunos actores insisten en que no puede haber «transición dentro de la transición», argumentando que el jefe de Gobierno debe permanecer en el cargo hasta que se elijan nuevos representantes en comicios.
Un país gobernado por bandas
La escalada de violencia en algunas comunas del departamento del Oeste, especialmente en Plaine du Cul de Sac y Cité-Soleil, ha provocado nuevos desplazamientos hacia los lugares de acogida, afectando la vida cotidiana en Haití por su brutalidad e inseguridad.
El populoso barrio de Cité-Soleil ha experimentado un recrudecimiento de la violencia en los últimos días, marcado por nuevos enfrentamientos entre grupos que luchan por conquistar nuevos barrios, pocos días después del presunto suicidio de un poderoso líder de una banda de esta comuna.
Varias decenas de personas han muerto o resultado heridas en esta localidad, entre ellas miembros de la población civil y de bandas rivales, según organizaciones de derechos humanos.
Desde la reanudación de este conflicto armado, ningún camión ha podido salir de la terminal de Varreux, que suministra petróleo a toda la región metropolitana y es muy probable que esta situación provoque una nueva escasez de combustible, agravando la situación humanitaria.
Entre 200 y 300 bandas operan actualmente impunemente en todo el país, controlando hasta el 80 % de la región de Puerto Príncipe, donde reinan el terror día y noche.
De acuerdo con la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh), entre enero y septiembre de este año se registraron 5.599 casos de violencia vinculados a grupos armados, de los cuales 3.156 fueron asesinatos, 1.159 heridos y 1.284 secuestros.
Además, en esta empobrecida nación, cerca de 200.000 personas se encuentran desplazadas, cifras que aumentan día a día a medida que los grupos armados se apoderan de nuevos territorios, una tendencia que se ha generalizado en los últimos años.
Varios centenares de niños no han podido volver a la escuela porque muchos centros han sido tomados por las bandas, culpables también de cientos de casos de violaciones sexuales.
En Haití, con 11 millones de habitantes, casi la mitad necesita ayuda humanitaria y 4,3 millones se encuentran en crisis alimentaria, según las instituciones.