Investigación oncológica: por qué las terapias celulares serán el pilar para combatir el cáncer
MADRID.- La científica Elena Garralda pilota una de las unidades de investigación oncológica más importantes de España, centrada en algunas de las líneas de investigación más prometedoras, y se muestra, aunque desde la cautela, convencida de que las terapias celulares van a ser -numerosos ensayos ya lo están demostrando- uno de los pilares fundamentales en la lucha contra el cáncer en los próximos años.
Elena Garralda dirige el Grupo de Desarrollo Clínico Precoz de Fármacos del Vall d’Hebron Instituto de Oncología y la Unidad de Investigación de Terapia Molecular del Cáncer (UITM-CaixaResearch), que se ha sumado a los grandes hospitales del mundo capaces de desarrollar medicamentos propios de terapia avanzada para administrarlos a pacientes.
Lo han hecho aprovechando las capacidades del sistema inmunitario de luchar contra el cáncer y utilizando una técnica pionera -linfocitos infiltrantes de tumores sólidos (TIL)-; se trata de penetrar en el tumor con los linfocitos (células inmunitarias que se encuentran mayoritariamente en la sangre) previamente manipulados y reactivados en el laboratorio para que “aprendan” a reconocer las células tumorales y las destruyan.
La inmunoterapia, fundamental contra el cáncer
La investigadora ha intervenido en Madrid en unas jornadas sobre terapias celulares y las nuevas oportunidades que ofrecen de la mano de la ingeniería genética o la inmunoterapia, organizadas por la Fundación Ramón Areces y Springer Nature, que han reunido a expertos de varios países para exponer algunas de las aplicaciones más recientes de la terapia celular para combatir el cáncer y las perspectivas de que esta tecnología pueda contribuir también en el tratamiento de enfermedades que hoy son incurables.
“La inmunoterapia es ya uno de los pilares fundamentales en el tratamiento del cáncer”, ha manifestado Elena Garralda, en una entrevista con EFE, y ha precisado que dentro de esa área la terapia celular se posiciona ya como uno de los fármacos “más prometedores y atractivos” por la efectividad que está demostrando en curaciones a largo plazo.
Desde la cautela, la investigadora insiste en que es pronto para asegurar si las terapias celulares serán la solución al cáncer, pero no para afirmar que van a ser en los próximos años uno de los pilares sobre los que se van a basar muchos de los tratamientos contra esta enfermedad.
El cáncer es “complejo, heterogéneo y dinámico” y pensar que la solución llegará de la mano de una sola solución es también “una utopía”, según Elena Garralda, y precisa en este sentido que las soluciones combinarán numerosos factores y tratamientos e implicarán a equipos multidisciplinares implicados en muchas áreas de la ciencia y la tecnología (como la combinación de fármacos y terapias, la ingeniería genética, la bioinformática, la inteligencia artificial o el big data).
Un interés creciente entre la comunidad científica, las farmacéuticas y las instituciones
Aunque las terapias celulares se conocen y aplican desde los años ochenta, en la actualidad avanzan en el mundo unos trescientos proyectos de investigación en fases de ensayo muy avanzadas y que están ya arrojando resultados muy prometedores y curaciones a largo plazo en varios tipos de tumores; “en los próximos 10 años vamos a ver avances increíbles”, ha aseverado Elena Garralda.
“El objetivo final es que los tratamientos lleguen a la clínica cuanto antes y que los pacientes vivan más y mejor”, pero ha incidido en la importancia de cumplir todos los plazos y las diferentes fases de ensayo hasta garantizar que un fármaco es seguro y eficaz, y ha explicado se acaban de registrar verdaderos “hitos” con los llamados “leufocitos infiltrantes del tumor” (TIL) en pacientes con melanoma.
Y valora el creciente interés de la industria farmacéutica y de numerosas instituciones y organismos por este campo y las inversiones que se están dirigiendo a él, como el hecho de que la pandemia haya suscitado un renacido interés por la ciencia y la investigación, pero ha incidido en que son terapias muy complejas que requieren inversiones muy elevadas y sobre todo que estas se mantengan en el tiempo.
La investigación centra gran parte de sus esfuerzos en una medicina cada vez más personalizada y de precisión, y en ese sentido Elena Garralda sitúa las terapias celulares como una medicina “de altísimo nivel”, ya que se trata en la mayoría de los casos de células del propio paciente manipuladas genéticamente “para dotarlas de las armas que necesitan para matar al tumor”.