REDACCIÓN INTERNACIONAL.- Kevin Spacey, una de las caras más visibles de la lista negra del #MeToo, fue declarado no culpable por un jurado de Manhattan de agresión sexual al actor Anthony Rapp, de 50 años, un compañero de profesión que le había acusado de subirse encima de él para intentar tener sexo en su apartamento en Nueva York cuando solo tenía 14 años. Los 11 miembros del jurado tardaron menos de 90 minutos en alcanzar un veredicto que supone un triunfo importante para la maltrecha reputación del protagonista de House of Cards.
Durante el juicio civil se escuchó el recuento de los hechos de boca de Rapp, conocido por su papel protagonista en el musical de Broadway Rent. Todo sucedió en una reunión que organizó Spacey en su casa en 1986 y a la que asistió el entonces adolescente. Rapp asegura que el actor le tocó sus partes íntimas en su dormitorio, un abuso a un menor por el que el demandante reclamaba 40 millones de dólares en concepto de compensación.
Sin embargo, el jurado al que le faltaba un miembro ausente por enfermedad, determinó que no hubo tales tocamientos y dio la razón a Spacey. El intérprete de 63 años no pudo contener las lágrimas tras escuchar el veredicto. Se abrazó con sus abogados y salió del tribunal sin hacer declaraciones.
«Estamos agradecidos de que el jurado haya visto la verdad», dijo Jennifer Keller, una de las abogadas de Spacey. El letrado de Rapp, por su parte, se limitó a decir que «el jurado ha hablado».
La acusación de Rapp en 2017 destapó una cascada de acusaciones de otros hombres contra Spacey, que de inmediato perdió su trabajo para Netflix como protagonista de la serie House of Cards y fue reemplazado por Christopher Plummer interpretando al magnate del petróleo John Paul Getty en Todo el dinero del mundo.
Poco después de ser acusado en pleno fervor del movimiento #MeToo, el protagonista de Cadena de favores dijo no recordar el encuentro, aunque optó por pedir perdón por lo que pudo haber sido un «comportamiento de borracho profundamente inapropiado», preludio de una cascada de testimonios de corte similar que obligaron al actor a desaparecer y refugiarse en un centro de rehabilitación para tratar su adicción al sexo.
Spacey, que reconoció su homosexualidad tras ser acusado, ha ido librando batallas judiciales en los últimos años. Aún tiene una pendiente en Inglaterra tras ser acusado por tres hombres por hechos sucedidos en 2013 y 2015 en Reino Unido.