REDACCIÓN- Las escuelas son objetivos de las bandas armadas, refugio de desplazados y los alumnos pierden la docencia.
Los padres haitianos prefieren pasar hambre para gastar el dinero en la educación de sus hijos, apuestan por ella para salir de la pobreza y contribuir al progreso de Haití.
En la actualidad profesores, alumnos y directores han sido secuestrados y asesinados y muchos centros educativos han sido blanco de tiroteos, saqueos e incendios.
En 2023, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) estimó que la violencia armada contra las escuelas de Haití se había multiplicado por nueve en un año.
Para suplir las carencias y seguir funcionado, algunas escuelas recurren a la tecnología, como los grupos de WhatsApp o las plataformas de aprendizaje virtual, pero en un país donde solo alrededor del 25 % de la población tiene acceso a la electricidad y donde la alimentación prima sobre otras necesidades lo que esto hace es crear desigualdades.