Santo Domingo .– Hace 199 años exactamente, que en un día como hoy, fue desmentida la creencia popular de que los tomates eran venenosos.
Este hecho abrió las puertas para que las culturas occidentales consumieran salsa de tomate, gazpacho y sándwiches de tomate con entusiasmo.
El tomate es originario de Sudamérica, donde primero se cultivó en las tierras altas de Perú.
Cuando llega a Inglaterra, se pensó que era venenoso.
Uno de los primeros sembradores de la fruta, un asistente en la compañía Barber-Surgeon llamado John Gerard, creyó que eran venenosos porque contenían bajos niveles de la toxina química tomatina.
Afortunadamente para los glotones del mundo, el coronel estadounidense Robert Gibbon no creyó los rumores.
El 28 de junio de 1820, durante el pico de temporada del tomate, desmintió el mito popular en una demostración pública en las escaleras de los tribunales de Salem, New Jersey, cuando ingirió un tomate sin problemas.
Los estadounidenses, y enseguida los británicos, comenzaron a comer los jugosos tomates en cantidades, y éstos adquirieron una nueva popularidad.
HISTORIA.
Tomate o jitomate: eterno dilema… algunos decían que era venenoso, otros que era un afrodisíaco. Hoy decimos que es comida esencial para la pizza, el ketchup, los emparedados y más. Hoy los niños no pueden vivir si él, cuando antes las personas se aterraban de solo pensar en probarlo.
Esta es la extraña historia del tomate, la fruta (sí, es una fruta desde el punto de vista botánico, aunque legalmente es un vegetal) que surcó los océanos hasta llegar a quedarse en toda hamburguesería del mundo.
En Mesoamérica, lugar de donde es nativo el tomate, los Aztecas acuñaron el término tomatl. Los mitos cuentan que los aztecas servían el tomate en sus rituales de sacrificio, pero el hecho es que esto aun se presta a debate. De cualquier modo, la carne humana con salsa de tomate suena como algo terrible
Cuando los españoles colonizaron América en el siglo XVI, cambiaron la palabra a tomate y se llevaron la baya (sí, es una baya), de vuelta a Europa con ellos.
Los españoles incorporaron de inmediato a los tomates a su cocina. Mientras tanto, los europeos del norte, especialmente los franceses, se encontraban paranoicos porque sabían que el tomate formaba parte de la lista de alimentos llamados solanáceas, que pueden llegar a ser venenosos.
De hecho, las raíces y hojas del tomate son tóxicas en dosis concentradas, pero el tomate es un fruto seguro de ingerirse en lo general (aunque es un hecho que contiene un pequeño porcentaje del alcaloide tomatina).
Los italianos bautizaron a este nuevo alimento como «pomodoro», que se traduce como «manzana dorada»; algunos piensan que esto se debe a que los primeros tomates en Italia eran amarillos.
El herbolario italiano Pietro Mattioli dijo que creía que los tomates eran mandrakes, un tipo de alimento antiguo que se pensaba afrodisíaco.
El la biblia, los mandrakes eran utilizados para hacer pócimas de amor; eran combinados con berenjenas -también solanácea o sea, presuntamente venenosas- y por lo mismo siempre tentadoras, como fruta prohibida.
Los franceses llamaban a los tomates manzanas de amor (pomme d’amour), que también podría ser una mala traducción de berenjenas — a esas se les llamaba pomme d’Moors, como eran apreciadas en la cocina árabe.
En Nápoles durante el siglo XVII, se escribió un libro de cocina icorporando recetas españolas, y los tomates se volvieron aceptados en la cocina italiana. En la Gran Bretaña no fueron consumidos sino hasta el siglo XVIII.
Posiblemente a través del caribe, el tomate llegó hasta las colonias norteamericanas por los tiempos del 1700.
Thomas Jefferson, que vivió en Francia durante muchos años, crecía tomates en su granja de Monticello.
La gente mantenía todavía miedo de que los tomates fueran venenosos por aquel entonces, así que la leyenda cuenta que un día Jefferson caminaba por la calle mordiendo un tomate y esta práctica se volvió una curiosidad que terminó en tendencia, tanto así que estos tomates fueron servidos por Jefferson en la casa del Presidente en 1806.
El rumor de lo deliciosos que eran estos frutos se expandió durante el siglo consiguiente.
En 1897, la compañía de sopas Campbell enlató tomates tomates en una sopa condensada y el producto se convirtió en un básico de cualquier día lluvioso. Hoy en día existen miles de variedades de plantas de tomate, y las variedades llamadas «reliquia»son cotizadas altamente.
Los tomates no son solo populares en América, sino un ingrediente indispensable en las comidas italiana, española, norafricana, del medio oriente e, incluso, del sureste de Asia.
Así que la próxima vez que vayas a sumergir tus papas fritas en ketchup, piensa en la acción como un acto de nobleza. El camino que el tomate recorrió es muy largo para que tú pudieras degustarlo en esa deliciosa hamburguesa… ¡Es una verdadera leyenda!