NUEVA YORK, EE.UU.- Cada año, la migración ilegal continúa en aumento en Estados Unidos y es uno de los temas principales en el debate hacia la Casa Blanca.
Más allá de las promesas sobre las políticas de migración que aplicarían los candidatos de llegar a la Presidencia de los Estados Unidos, este tópico divide a los votantes.
Los electores exigen transparencia y que se respeten los derechos humanos de los migrantes.
El plan de inmigración de Kamala Harris: equilibra una fuerte seguridad fronteriza con una reforma integral. Es partidaria de desplegar más recursos en la frontera, incluidas tecnologías avanzadas de detección para interceptar drogas y traficantes de personas, y de aumentar el número de agentes de seguridad fronteriza.
Sin embargo, Harris también reconoce la necesidad de una reforma integral de la inmigración, que incluya una vía a la ciudadanía para los inmigrantes indocumentados que han contribuido a la economía y la sociedad estadounidenses.
Su plataforma se centra en arreglar un sistema que no funciona y garantizar que Estados Unidos siga siendo un país que acoge a los inmigrantes.
Una de las principales propuestas de la campaña de Donald Trump es «sellar la frontera con México» y realizar la deportación más grande de inmigrantes en la historia.
Sin embargo, no ha detallado cómo se llevaría a cabo este plan. El candidato está comprometido a asegurar la frontera de Estados Unidos, continuar construyendo el muro fronterizo y tomar medidas drásticas contra los carteles que trafican drogas y personas.
Ha propuesto la estricta aplicación de las leyes de inmigración para reducir la inmigración ilegal y se oponen a otorgar derechos de voto a inmigrantes indocumentados.
Su agenda incluye medidas para prevenir las ciudades santuario, apoyar a las fuerzas del orden y asegurar que los trabajos estadounidenses estén protegidos de los inmigrantes ilegales.