REDACCIÓN INTERNACIONAL.- Dos resoluciones en el Consejo de Seguridad buscan aplicar sanciones a propiciadores de la violencia en Haití y prevén la aplicación de una fuerza internacional para sacar al país de la grave crisis que atraviesa.
La primera de dos resoluciones de la ONU que aplicarían sanciones a participes de la violencia en Haití se vio retrasada el miércoles, si bien es posible que vuelva a retomarse en pocos días, indicaron fuentes desde Nueva York.
Las sanciones van dirigidas contra el principal cabecilla de las bandas criminales que operan en la isla caribeña, el líder pandillero Jimmy Cherizier, alias Barbecue.
La votación del Consejo de Seguridad había sido convocada para la tarde, sin embargo actores clave del Consejo de Seguridad confirmaron el aplazamiento por unos días. El embajador de Francia ante la ONU, Nicolas De Riviere, había dicho anteriormente a los periodistas: “No estoy seguro de que la votación sea hoy, podría tomar un poco más”.
Se trata de dos resoluciones sobre Haití patrocinadas por Estados Unidos y México que se dieron a conocer esta semana y que proyectan la autorización de una fuerza internacional para ayudar a mejorar la seguridad en el país en respuesta a una solicitud del 7 de octubre por parte del primer ministro de Haití, Ariel Henry.
El embajador de Rusia ante la ONU, Dmitry Polyansky, dijo al consejo el lunes que Moscú no puede apoyar los «intentos de impulsar una resolución de sanciones» y acordó considerar la imposición de medidas restrictivas solo después de considerar su «eficiencia», la naturaleza específica y las consecuencias humanitarias.
La resolución menciona a Cherizier, pero también impondría sanciones a otras personas y grupos haitianos cuyas acciones amenacen la paz, la seguridad o la estabilidad del país más pobre del hemisferio occidental, según texto del borrador final obtenido por The Associated Press.
El país caribeño ya venía afrontando una débil estabilidad política tras el asesinato del premier Jovenel Moise en 2021, pero en septiembre pasado el actual primer ministro, Ariel Henry anunció la eliminación de los subsidios al combustible y provocó que los precios se duplicaran. Las pandillas bloquearon entonces la entrada a la terminal de combustible de Varreux, lo que provocó una grave escasez de los carburantes en un momento en que el agua limpia también es escasa y el país está tratando de hacer frente a un brote de cólera mortal.