REDACCIÓN- Un noruego nacido en 1900, estuvo congelado en un bloque de hielo durante más de 30 años, como parte de un experimento de criónica llevado a cabo por su nieto.
Bredo Morstøl, conocido cariñosamente como “Abuelo Bredo”, murió mientras dormía en 1989 debido a problemas cardiovasculares. Sin embargo, su nieto, Trygve Bauge, tenía planes más ambiciosos para él.
Después de su muerte, los restos fueron inicialmente trasladados a una instalación de criónica en California llamada Trans Time, donde pasó aproximadamente cuatro años sumergido en nitrógeno líquido. Pero Bauge, un entusiasta de la supervivencia, clonación y baños de hielo, decidió construir su propia instalación de criónica en Nederland. Y en 1993, trasladó a su abuelo a un cobertizo equipado con hielo seco, donde el cuerpo permaneció encapsulado en una caja metálica.