Madrid.– María Jiménez, fallecida este jueves en Sevilla, ha dedicado 50 años de su vida a la música. Comenzó en un tablao flamenco con 15 años y triunfó en los años 70 y 80 con su personal voz, su forma de bailar y su garra sobre el escenario. Grabó 20 discos y fue también icono de la lucha contra el maltrato, que sufrió en primera persona.
María Jiménez Gallego, nació el 3 de febrero de 1950 en el barrio sevillano de Triana. Criada en un ambiente muy humilde, con 15 años se marchó a Barcelona, donde se subió por primera vez a un escenario en el tablao flamenco Villa Rosa, donde entró a preguntar por su propietario, a quien conquistó improvisando una actuación que la hizo fija en sus carteles, cobrando 200 pesetas diarias, todo un lujo en 1965.
Allí estuvo dos años, y volvió a Sevilla para cantar en el tablao Los Gallos, y posteriormente marchó a Madrid, donde trabajó como cantante y bailaora en el tablao Las Brujas.
Fue en esta etapa cuando el popular periodista y gran aficionado al flamenco, Emilio Romero, director del diario Pueblo, la bautizó como La Pipa, título homónimo de su primer disco en 1975.
Solo un año después salía su segundo trabajo, y su productor tuvo la suficiente vista para cambiar su nombre artístico al definitiv; en esta década le llegó la fama con canciones como “Con golpe de pecho”, “Vámonos”, “No sé si viviré” y “Se acabó” (1978).
Uno de sus mejores momentos profesionales la consecución, en 1979, del segundo premio del Festival Internacional de Yamaha (Japón), con su tema “Sensación”, con arreglos de Gualberto García.
Su primera película, junto a Pepe Sancho
En abril de 1982 se estrenó en Sevilla su primera película “Perdóname, amor”, del director Luis García Valdivieso y en la que trabajó junto a su marido, el actor Pepe Sancho.
También participó en la serie de televisión “Todos los hombres sois iguales”. Ese mismo año recibió el Long Play de Oro por su disco “Frente al amor”. En 1992 presentó un nuevo LP, “Atame a tu cuerpo”, y comenzó un paréntesis profesional de ocho años.
Regresó a los escenarios y al mundo discográfico en 2000 con un nuevo disco de recopilación “40 grandes canciones”.
Posteriormente participó en el tema “El carro de la compra” (2001), del grupo de pop “La cabra mecánica”, que la devolvió de nuevo a la fama.
Al año siguiente reapareció con su disco “Donde más duele”, con el subtítulo de “María Jiménez canta por Sabina”, superando los 600.000 ejemplares vendidos. Entre otras canciones de este álbum figuran “Una canción para Magdalena”, “Noche de bodas”, “Con dos camas vacías” y “19 días y 500 noches”.
Desde ahí, afincada en Chiclana de la Frontera (Cádiz), nunca ha dejado de trabajar, ya sea en televisión, presentando “Bienaventurados” en Canal Sur, como jurado en “Se llama copla”, de la misma cadena o derrochando humor en el vídeo clip del grupo Raskayú “Qué pena tener que dejar la copla para ser cajera”.
En 2018 fue galardonada con el premio Radiolé de la cadena de emisoras del Grupo Prisa a toda su trayectoria y en 2020 lanzó su último disco “La vida a mi manera” repleto de colaboraciones y actuó en el Festival Starlite de Marbella (Málaga), junto a su amigo Pitingo.
Estuvo casada con el ya fallecido actor José Sancho, con quien mantuvo una tormentosa relación que incluye dos matrimonios, uno de 1980 a 1984 y el otro entre 1987 y 2002. De su unión nació su hijo Alejandro (1983), que la hizo abuela. En el año 2004 denunció a su ya exmarido por supuestos maltratos.
La muerte de su hija mayor, Rocío
Su hija mayor, Rocío, que nació en 1968 y a quien Sancho dio su apellido, falleció en un accidente de tráfico en enero de 1985, lo que la sumió en una profunda depresión.
María Jiménez ha padecido diversas enfermedades. En 2013 fue diagnosticada de un cáncer de mama, del que la artista anunció en 2016 que estaba totalmente recuperada. A principios de mayo de 2019 fue intervenida de un cáncer de colon.
Reapareció en noviembre de 2022 en la presentación de la Fundación que lleva su nombre para luchar contra la violencia machista y favorecer la integración social del colectivo LGTBI. El director de la misma será su hijo Alejandro.
Ese año se le concede la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes.