REDACCIÓN INTERNACIONAL.- Nicaragua liberó el jueves a más de 200 personas presas consideradas por muchos como opositores al gobierno del presidente Daniel Ortega y los mandó en un avión con rumbo a Estados Unidos, en lo que Washington dice abre la puerta para un mayor diálogo entre ambos gobiernos sobre temas que preocupan en la nación centroamericana.
En una declaración pública, el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, saludó la excarcelación de las 222 personas y destacó que el acontecimiento “es producto de una diplomacia estadounidense concertada”.
El hecho “supone un paso constructivo para hacer frente a los abusos de los derechos humanos” en Nicaragua, indicó Blinken, mientras que el avión con los excarcelados arribaba a la capital estadounidense.
Refirió que entre los liberados figuran dirigentes políticos y empresariales, periodistas, representantes de la sociedad civil y estudiantes, a los que Estados Unidos “facilitó su transporte seguro” al Aeropuerto Internacional Dulles y les está “proporcionando apoyo médico y legal”.
El vocero del Departamento de Estado, Ned Price, dijo posteriormente a periodistas en Washington que el gobierno nicaragüense identificó a 224 personas para enviarlas en el avión, pero que dos de ellas se negaron, sin mencionarlas.
Sin identificar a ninguno por su nombre, Price señaló que los 222 que llegaron a Dulles fueron alojados en hoteles y otros lugares y están bajo la responsabilidad de las autoridades estadounidenses.
Destacó que la liberación fue “un paso en la dirección correcta para el pueblo de Nicaragua” y que Estados Unidos espera “que sea un presagio de pasos adicionales por venir”.
Ortega ha dicho que los opositores encarcelados y otros estuvieron detrás de las protestas callejeras de 2018 que, según el gobernante, fueron un complot para derrocarlo. Decenas de miles han huido al exilio desde que las fuerzas de seguridad nicaragüenses reprimieron violentamente esas protestas antigubernamentales.
El gobierno nicaragüense no se refirió de inmediato a las excarcelaciones. Pero en un mensaje televisado a nivel nacional el jueves al final de la tarde, Ortega desmintió que se tratase de negociación alguna con EEUU.
El mandatario aseguró que su vicepresidente y la primera dama Rosario Murillo se lo plantearon días atrás: “¿Por qué no le decimos al embajador que se lleven a todos estos terroristas?”.
“No se trataba de negociar nada. Esto debe quedar bien claro,” afirmó Ortega. “No estamos pidiendo que nos levanten los sanciones. No estamos pidiendo nada a cambio,” recalcó el presidente de Nicaragua, que dijo que EEUU debía “llevarse a sus mercenarios”.
Octavio Rothschuh, magistrado de la Corte de Apelaciones de Managua, había explicado horas antes a la prensa que las 222 personas fueron deportadas bajo una orden emitida el miércoles que declaraba a los presos “traidores a la patria” e “incitadores a la violencia”.
En tanto, el Parlamento, en control del oficialismo, aprobó en la misma jornada una reforma de ley para retirarle la nacionalidad a los excarcelados.
El obispo Álvarez fue acusado por “conspiración” y “propagación de noticias falsas” y la fiscalía pidió una pena de 10 años de cárcel. Se encuentra bajo arresto domiciliario en Managua y su sentencia definitiva se espera para los próximos días.
A principios de 2021, Ortega intensificó la persecución de sus oponentes políticos con el fin de despejar el terreno de cara a las elecciones presidenciales de noviembre de ese año. La policía detuvo a siete posibles aspirantes a la presidencia y Ortega logró un cuarto mandato consecutivo en unas elecciones que Estados Unidos y otros países calificaron de “farsa”.
Los jueces nicaragüenses condenaron a penas de prisión por “conspiración para atentar contra la integridad nacional” a varios líderes de la oposición, entre ellos ex altos cargos del movimiento sandinista gobernante y antiguos aspirantes a la presidencia.