Redacción Internacional.- El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, ordenó la ruptura de las relaciones diplomáticas con el Vaticano luego de las contundentes declaraciones del papa Francisco, en las que calificó al régimen sandinista como “una dictadura grosera, guaranga”.
El régimen habría adoptado la decisión unas horas después de que se publicara la entrevista en la que, además, el Pontífice comparó al gobierno de Nicaragua con una “dictadura hitleriana”.
El papa Francisco fue muy claro durante la extensa entrevista, diciendo que a su entender, el régimen nicaragüense se ha transformado en una dictadura grosera. “Con mucho respeto, no me queda otra que pensar en un desequilibrio de la persona que dirige (Ortega). Ahí tenemos un obispo preso, un hombre muy serio, muy capaz. Quiso dar su testimonio y no aceptó el exilio”, aseveró Francisco desde su residencia de Santa Marta, en la Ciudad del Vaticano, con motivo del décimo aniversario de su papado.
Francisco hablaba de monseñor Rolando Álvarez, obispo de la diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la diócesis de Estelí, ambas en el norte de Nicaragua, quien hace un mes fue condenado a más de 26 años de prisión por delitos considerados “traición a la patria” y un día después de negarse a ser desterrado por el Gobierno de Ortega a territorio estadounidense.