SANTO DOMINGO.- La llegada de un hijo con diversas limitaciones físico motoras combinadas genera una revolución emocional a los padres, pero también, la economía familiar resulta severamente afectada.
Pese a todo, para sus progenitores, estos pequeños son una gran bendición que luchan desde el vientre de sus madres con una combinación de patologías congénitas graves.
Han vencido fatales diagnósticos médicos, y aunque en algunos casos los especialistas pronostican poco tiempo de vida, sus familias luchan por la calidad de su estadía en la tierra.
En el país no hay cifras concretas, pero se estima que más de tres mil niños viven con discapacidades múltiples, en las que se combinan la sordo ceguera con parálisis cerebral y epilepsia , también convergen el autismo, microcefalia, hidrocefalia, y problemas conductuales.
Los tratamientos suponen un gasto mensual entre los 15 y 20 mil pesos. El Estado no ejecuta programas de apoyo con los medicamentos, tampoco hay hospitales especializados en el área.
La educación y terapias también son limitadas. En el Centro Educativo José Manuel Rodríguez Tavares Sordoceguera y Discapacidad Múltiple, acogen a un centenar de estos niños.
En el Congreso Nacional tampoco han enfocado la mirada en estos niños, a la fecha no hay legislaciones que les garanticen sus derechos fundamentales.