Redacción- Encapsular los miedos de las mujeres en el país y ofrecer un espacio seguro a las lectoras para asustarse y preguntarse qué terrores “son compartidos por todas y cuáles son los más privados” es el objetivo de la novela ‘El mundo desplazado’, según contó este sábado la autora mexicana Paulette Jonguitud.
Mediante cuatro historias que se entrelazan en un mundo distópico en el sur de la Ciudad de México, la escritora explicó que el libro, editado por Penguin Random House, “gira en torno a los miedos reales y a los miedos imaginarios” de las mexicanas, siendo la violencia de género “el mayor miedo real”.
Jonguitud señaló que los cuatro personajes son de generaciones distintas, una niña y mujeres de entre 40 y 60 años, y apuntó que se saltó “intencionalmente la edad entre los 20 y los 30 años”, porque a esa lectora va dirigida la novela.
“Quiero que la lectora, que normalmente tienen esa edad la mayoría de las lectoras mujeres, que se inserten en ese personaje, que digan, aquí falto yo”, expuso Jonguitud.
Asimismo, la novelista destacó que “las mujeres nos leemos entre nosotras”.
Jonguitud dijo que espera que sus lectoras «se dejen asustar» por cosas que no las ponen en peligro, como la literatura.
“Porque las mujeres ya vivimos con suficiente miedo como para estarnos asustando con cosas reales, pero en este caso, pueden asustarse con cosas que no las van a poner en peligro y pueden estar seguras”, señaló la novelista.
Monstruos reales e imaginarios
En este mundo distópico, las máquinas forman parte de la cotidianeidad artística de la ciudad y aparecen personajes, como “los podridos”, monstruos creados desde la mirada de una niña para entender a los “hombres que agreden a las mujeres”, explicó Jonguitud.
“(A una niña) le estás generando un monstruo mítico, cuando le estás diciendo: Ten cuidado al salir a la calle(…) Ella entonces entiende la amenaza como: Hay un colectivo de hombres que está desapareciendo a las niñas. ¿Y entonces cómo lo transformaría a ella en un monstruo?”, planteó.
“Así fue como se me fue saliendo esta masa de hombres a través de la imaginación de Inés”, agregó la escritora.
Otro de los objetivos de la autora era explorar “las relaciones entre mujeres artistas”, desde las que “abrieron camino, las que estamos caminando ahorita, el camino de la creación artística y las jóvenes que vienen”, expuso.
Además de que le interesaba “crear un monstruo que fuera mujer” y también “una metáfora de la depresión y de la ansiedad”, inspirada en “monstruos literarios”, como ‘Frankenstein’, de Mary Shelley, o como ‘Melmoth’, de Sarah Perry.
“Y explorar si podemos nosotras heredarle a la siguiente generación nuestros monstruos, o si ellas van a estar ya libres de nuestros miedos”, indicó Jonguitud.
La novela también explora la ansiedad, el duelo y “la ausencia de figuras femeninas”, así como “las redes de cuidado que tenemos que hacer entre nosotras cuando una de nosotras no está”, dijo la autora.
Jonguitud compartió además que el lanzamiento del libro en esta época “fue una muy agradable coincidencia”, pues es cuando más se lee horror en el año, género con el que le gusta asustar y asustarse.
“Dejarme asustar por cosas que están en los libros, por cosas que puedo cerrar (…) y ahí se quedan todos los monstruos y con los miedos que tenemos afuera, como salir a la calle, a salir de noche, caminar solas”, señaló la escritora.