SANTO DOMINGO.- Tras el juez dictar un año de prisión preventiva a Miguel Cruz, el abogado de la familia Jorge Villegas, Miguel Valerio, expresó que el fallecido ministro de Medio Ambiente demostró que se puede ser un funcionario pulcro tras evitar el tráfico de influencia.
“El ministro le dijo alguien de su confianza, que la traicionó, de que usted no tiene el derecho de hacer lo que usted quiera al Estado, yo creo Orlando Jorge Mera sí ha demostrado en su vida política, que fue un hombre muy pulcro con el manejo de los recursos”, expresó el jurista.
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El Juzgado de Atención Permanente del Distrito Nacional dictó este sábado un año de prisión preventiva contra el asesino confeso del ministro de Medio Ambiente, Orlando Jorge Mera, quien murió el lunes a los 55 años en su despacho tras recibir seis balazos.
La medida fue adoptada «sin la oposición» de los abogados del imputado, Miguel Cruz, dijo a la prensa Miguel Valerio, quien forma parte de la defensa de la familia del ministro.
A la audiencia, que se prolongó por espacio de una hora, no se permitió el ingreso a la prensa, tal y como pasó el jueves en la primera comparecencia de Cruz ante el juez.
Los abogados de Cruz, amigo de infancia del malogrado ministro, habían adelantado que «por prudencia» no se iban a oponer a la medida solicitada por el Ministerio Público en contra de su cliente.
Según el expediente del Ministerio Público, dado a conocer parcialmente, Cruz se presentó en la sede de Medio Ambiente la mañana del pasado lunes y allí mantuvo una reunión con el director Nacional de la institución, Juan Manuel Cuervo, quien se percató de que el imputado se encontraba muy alterado.
Cruz se habría quejado de que el ministro rechazó un permiso para exportar 5.000 toneladas de baterías usadas que solicitó a nombre de su empresa Aurum Gavia, de acuerdo con el Ministerio Público.
Según narra el documento, el ministro manifestó que no necesitaba seguridad para recibir a Cruz y, pocos minutos después del inicio de la reunión, sin mediar discusión «asestó seis disparos a la víctima, incluyendo heridas a distancia y de contacto».
Tras asesinar a Jorge Mera, Miguel Cruz salió del Ministerio de Medio Ambiente por la puerta principal y se refugió en una iglesia donde le entregó el arma al sacerdote, a quien confesó que había matado a alguien, aunque sin especificar a quién.