El político, de 59 años, también fue asambleísta y una figura reconocida por haber denunciado diversos casos de corrupción que llevaron a prisión a ministros y otros altos funcionarios, especialmente del gobierno del expresidente Rafael Correa (2007-2017).
Un mes después del crimen, siete de los 13 detenidos fueron asesinados en el interior de cárceles de Guayaquil y Quito, donde se encontraban en prisión preventiva.
Familiares y amigos del político han realizado protestas frente a la Corte para exigir celeridad en el proceso judicial.
La fiscalía también informó en X que el testigo señaló como responsable de organizar al equipo de gatilleros al presunto líder de la organización criminal Los Lobos, identificado como Carlos L. alias «Invisible», quien guardaba prisión en una cárcel de Latacunga, en el centro andino del país.
En el atentado, otras 13 personas quedaron heridas de bala.
Por el asesinato de Villavicencio serán procesados, entre otros, Carlos Angulo, uno de los cabecillas de Los Lobos, a quien la fiscalía atribuye ser el coordinador del crimen, así como Laura Castillo, acusada de coautora por entregar a los gatilleros vehículos, armas y dinero, y otras tres personas señaladas como cómplices.
De ser hallados culpables los procesados podrían recibir una pena de entre 22 y 26 años de prisión.
De acuerdo con la tesis de la Fiscalía, Angulo, en su calidad de líder de una facción del grupo criminal que operaba en el sur de la capital, fue el organizador del crimen, lo que quedó registrado en mensajes a teléfonos celulares.
«Escuchar el relato de los peritos cuando hablan de la autopsia y cómo fue la trayectoria de la bala es muy fuerte, pero hay que enfocarse en lo importante y descubrir a los autores intelectuales de la muerte de Fernando«, dijo a la AP Verónica Sarauz, viuda de Villavicencio.
Añadió que «por el bien de la sociedad y del país, esperamos que la Fiscalía haga bien su trabajo y dé con los responsables».
En los exteriores y en los pasillos de acceso a la Corte Nacional de Justicia se instaló desde muy temprano una fuerte custodia policial que revisaba detenidamente a cada persona que accedía al recinto.
Villavicencio era uno de los ocho postulantes registrados para la pugna presidencial de agosto pero no estaba entre los favoritos.