REDACCIÓN INTERNACIONAL.- La paliza mortal que cinco agentes de policía propinaron al joven negro Tyron Nichols revivió los reclamos de manifestantes y miembros del Congreso para que haya un cambio de cultura en la Policía de EE. UU, acusada de usar la fuerza de manera desproporcionada contra la comunidad negra.
Después de que el viernes pasado se publicaran los videos de la paliza a Nichols, figuras notables de la política estadounidense, incluido el expresidente Barack Obama (2009-2017), han pedido cambios en la forma en la que los diferentes cuerpos de policía del país patrullan las calles.
También ha habido protestas en algunas ciudades, aunque su tamaño ha sido mucho más pequeño que en otros momentos como la muerte de los afroamericanos George Floyd en 2020 y Michael Brown en 2014, casos que estremecieron al país y provocaron días de continuas manifestaciones.
Esas muertes, sin embargo, tampoco desembocaron en reformas significativas de la Policía y este domingo el abogado de la familia de Nichols, Ben Crump, se preguntó en una entrevista en CNN: «¿Cuántas de estas tragedias tenemos que ver en video antes de que Estados Unidos reconozca que tiene un problema?».
Crump, conocido defensor de los derechos civiles, consideró que existe un problema en la «cultura» de los diferentes departamentos de policía del país que permite que los agentes, sea cual sea su raza, agredan y vulneren los derechos de los miembros de la comunidad negra.
Los cinco agentes que propinaron la paliza a Nichols eran de raza negra. Todos ellos se encuentran detenidos y se enfrentan a varios cargos penales, incluido el de asesinato en segundo grado, penado con entre 15 y 60 años de cárcel.
Los agentes detuvieron a Nichols en lo que alegan que fue una parada de tráfico, lo sacaron del vehículo a la fuerza y le dieron una paliza, propinándole patadas en la cabeza, golpeándolo con una porra e incluso usando una pistola paralizante de descargas eléctricas o táser.
Cuando terminó la paliza, los agentes arrastraron a Nichols hasta un vehículo patrulla, lo sentaron en el suelo y chocaron puños, en señal de celebración.
Según muestran los videos, las últimas palabras que pronunció Nichols, de 29 años, fueron: «Mamá, mamá, mamá». El joven tuvo que esperar 20 minutos hasta la llegada de una ambulancia para recibir atención médica y fue ingresado en condición grave en un hospital, donde murió tres días después.