Personas con infarto en primer mes de confinamiento podrían vivir dos años menos
REDACCIÓN CIENCIA.- Las personas que tuvieron un infarto en España durante el primer mes del confinamiento podrían perder un media de dos años de vida, en comparación con quienes lo sufrieron antes, mientras que el coste adicional para la economía se estima en 88,6 millones de euros, debido, en gran parte a las bajas laborales.
Un estudio que publica la revista de la Sociedad Europea de Cardiología estudia el efecto en España y Reino Unido del primer mes de confinamientos en los pacientes que sufrieron un infarto de miocardio con elevación del segmento ST, en el que una arteria que suministra sangre al corazón está completamente obstruida.
La investigación analiza la situación en España comparando marzo de 2019 con marzo de 2020 (el confinamiento empezó el 14 de marzo de ese último año.
En Reino Unido, los pacientes con infarto podrían vivir una media 1,5 años menos y los costes adicionales se estiman en 36,6 millones de libras (41,3 millones de euros).
«Las restricciones al tratamiento de afecciones potencialmente mortales tienen consecuencias negativas inmediatas y a largo plazo para las personas y la sociedad en su conjunto», indicó el responsable del estudio, William Wijns, de la Universidad de Galway (Irlanda), en un comunicado de la Sociedad Europea de Cardiología.
El análisis estima que, en España, los pacientes que sufrieron un infarto con elevación del segmento ST durante el primer mes del confinamiento pueden perder una media de 2,03 años de vida y alrededor de un año y siete meses de vida en perfecto estado de salud.
Para este estudio, el equipo comparó la esperanza de vida prevista de los pacientes que sufrieron un infarto durante el primer mes de bloqueo con los que lo tuvieron en la misma época del año anterior y desarrollaron un modelo para estimar la supervivencia a largo plazo, la calidad de vida y los costes relacionados.
Las proyecciones de supervivencia consideraron la edad, el estado de hospitalización y el tiempo hasta el tratamiento utilizando datos publicados para cada país.
Usando datos publicados, se estimó que en España en 74 % de los pacientes con infarto de miocardio con elevación del segmento ST fueron hospitalizados antes de la pandemia, comparación con el 57 % durante el confinamiento.
El análisis de costes se centró en la hospitalización y el tratamiento iniciales, el tratamiento de seguimiento, la gestión de la insuficiencia cardiaca y la pérdida de productividad de los pacientes que no pueden reincorporarse al trabajo.
Los infartos de miocardio requieren un tratamiento urgente con stents (lo que se denomina intervención coronaria percutánea o ICP) para abrir la arteria obstruida y restablecer el flujo de sangre portadora de oxígeno. Los retrasos provocan daños irreversibles en el músculo cardiaco y pueden causar insuficiencia cardiaca u otras complicaciones.
Para España, sobre la base de una incidencia anual de 52.954 infartos se prevé que la reducción del acceso a la ICP durante marzo de 2020 supondrá un coste adicional de 88,6 millones de euros a lo largo de la vida de estos pacientes.
El absentismo laboral fue el principal contribuyente, con un coste adicional de 23.224 euros por paciente, agrega la nota.