REDACCIÓN.- Cuando te cepillas, quitas los alimentos y la placa de los dientes. La placa es una película blanca y pegajosa que se forma en los dientes, y contiene bacterias. Después de comer una comida o un refrigerio que contenga azúcar, las bacterias de la placa producen ácidos que atacan el esmalte dental.
Al no cuidar bien la salud bucodental, sin la higiene correspondiente, usted, sin saberlo aumenta el riesgo de otras enfermedades, por ejemplo, las cardiovasculares.
Con las encías dañadas, se puede tener endocarditis bacteriana; la inflamación que genera la periodontitis o la gingivitis, por ejemplo, alteraciones en la concentración de azúcar en sangre y puede condicionar incluso hasta la diabetes.
¿Por qué cepillarse los dientes? En primer lugar, porque previene la placa dental.
¿Qué es la placa dental? Es una superficie pegajosa que se genera por la acumulación de bacterias, y si usted no quita la placa dental, se producen caries.
En segundo lugar, porque cuida las encías. Usted, al lavarse los dientes, genera una limpieza y un masaje sobre las encías, haciendo que no se produzca algo frecuente que es la gingivitis, una inflamación de las encías que puede dar sangrado, que puede generar lesiones en los dientes y que puede progresar a la periodontitis.
¿Qué es la periodontitis? Es una inflamación aún mayor que lesiona hasta el hueso del maxilar.
Además, lavarse los dientes cuida el esmalte dental. El esmalte dental es la capa protectora que cubre a los dientes y actúa como una coraza que los resguarda. El esmalte dental está compuesto por el mineral hidroxiapatita, que tiene fósforo y calcio.
Además, cuando usted se cepilla bien los dientes, previene el sarro.
¿Qué es el sarro? La acumulación, la consolidación, la materialización de esa placa bacteriana que, si usted no se quita, forma sarro, el mismo sarro parecido al que está en la pava, en las serpentinas de los calefones y que sólo después lo puede sacar el odontólogo con un aparato específico.
Y esto no es todo, además al lavarse los dientes se eliminan las bacterias y restos de alimentos, lo que conduce a mantener el buen aliento.