Redacción.- Dos nuevas publicaciones han contribuido sustancialmente a nuestra comprensión del grado en que la COVID puede perjudicar la función cognitiva en toda la gama, desde individuos jóvenes y sanos con infecciones leves hasta pacientes mayores hospitalizados con COVID grave. En esta publicación, revisaré los dos nuevos informes y algunos avances relacionados en el campo.
Greta Wood y sus colegas de la Universidad de Liverpool publicaron un artículo seminal en Nature Medicine: una evaluación sistémica, multicéntrica y prospectiva del cerebro mediante imágenes de resonancia magnética, biomarcadores hematoencefálicos de lesiones y rendimiento cognitivo en 351 personas con Covid y casi 3000 controles emparejados.
Los casos no tenían ninguna enfermedad neurológica previa, tenían una media de 54 años de edad y solo el 19% había sido vacunado. Más de la mitad (54%) tuvo una complicación neurológica o psiquiátrica durante su hospitalización por Covid, considerado el subgrupo NeuroCOVID; el resto se definió como el grupo COVID. Los controles fueron emparejados por edad, sexo y nivel educativo.
Los principales hallazgos fueron:
- Reducción significativa en las puntuaciones de rendimiento cognitivo en todos los 8 grupos de casos en comparación con los controles, especialmente la función ejecutiva, peor entre aquellos por la gravedad de Covid, estado de salud mental anormal de la encefalopatía durante la fase aguda.
- Aumento sustancial y persistente de los marcadores de lesión cerebral en pacientes con COVID y NeuroCOVID: NFL, Tau, GFAP y UCH-L1. La GFAP sérica se expresa en los astrocitos, que son mediadores inmunitarios clave, y respalda el mecanismo de lesión mediado por el sistema inmunitario.
- Atrofia de la sustancia gris, particularmente observada en el volumen de la corteza cingulada anterior.
- Los síntomas subjetivos de deterioro cognitivo se correlacionaron con los hallazgos objetivos. Además, se informó con frecuencia de depresión.
- Según la evaluación de la puntuación de desviación global de lo esperado (GDfE), los déficits cognitivos fueron equivalentes a una aceleración de 20 años (por ejemplo, el rendimiento de una persona de 50 años al nivel de una persona de 70 años). Los déficits cognitivos fueron más probables en pacientes con complicaciones neurológicas o psiquiátricas, mayor edad y más comorbilidades. Se observó cierta protección con un nivel educativo más alto y tratamiento hospitalario con dexametasona.