SANTO DOMINGO, RD.- Los recientes hechos de sangre motorizados por personas con aparentes desequilibrios mentales parecerían ser un grito de auxilio de la sociedad que adolece un peligroso déficit de herramientas y políticas públicas para enfrentar las enfermedades psiquiátricas.
La silenciosa epidemia que desconecta a las personas de la realidad y las lleva a un comportamiento desorganizado, cada vez está dejando sus peores frutos entre los dominicanos.
Y mientras crecen los trastornos bipolares, depresión, psicosis o esquizofrenia, así como trastornos por consumo de sustancias e intentos de suicidio, en el país solo hay 12 unidades de Intervención en Crisis en los hospitales de la red pública.
Al menos 1200 personas buscan consultas mensualmente en cada unidad, pero una cita puede tener un tiempo de espera de hasta cuatro y cinco meses.
También hay déficit de psiquiatras.
Apenas se registran 286, de los cuales 40 están pensionados, apenas 145 están nombrados por el Ministerio Salud Pública, razón por la
Mientras el único hospital público de internamiento a largo plazo para los 11 millones de habitantes en el país es el Centro de Rehabilitación Psicosocial Padre Billini, antiguo manicomio del 28.
El ingreso se produce por referimiento de una de las Unidades psiquiátricas de los hospitales de la red pública, donde previamente se les documenta un expediente.
Actualmente, tiene capacidad para 110 personas, pero el Psicosocial ha albergado hasta 144 con permanencia desde los seis meses hasta un año o más.