SANTO DOMINGO, RD.- Las pantallas se han convertido en un elemento esencial para los ciudadanos en su día a día, muchos llegan a convertir sus redes sociales una forma de vida y sustento..
La manera de las personas comunicarse a través de un aparato electrónico tuvo su punto de inflexión en 1997 tras el surgimiento de la primera red social, esto trajo consigo un libertinaje que ha tenido como protagonistas a los denominados influencers y a comunicadores, que hacen lo impensable con el único fin de obtener likes o views.
La metamorfosis de las redes sociales ha sido aceptada por la gran mayoría de usuarios que se hacen eco de materiales insanos, mientras que un segmento aparentemente más reducido, le atribuyen falta de valores a quienes crean este tipo de contenidos en sus redes sociales.
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El comunicador Michael Miguel Holguín, presentador de uno de los principales programas de entretenimiento de República Dominicana y cuyas redes sociales rondan los 200 mil seguidores, manifiesta que los protagonistas de la época, en este nuevo giro en la comunicación, son personas que carecen de formación y las califica como «marginales».
Alex Macias, a lo largo de su carrera en la televisión, es seguido por 316 mil usuarios de Instagram… él cree que a raíz de estas plataformas las personas han podido tener la oportunidad de que su voz sea escuchada, lo que ha permitido un libertinaje en la publicación de contenido.
La exposición familiar también se ha visto envuelta en la búsqueda de views.
Para la periodista Yicet Bueno, las redes sociales deben exponer lo positivo de la familia, publicaciones que lleven palabras de paz, unión y armonía, ya que hay usuarios que están ávidos de un mensaje positivo.
A pesar de que influencers y comunicadores tienen como fin la monetización que genera estos contenidos en las distintas redes sociales, hay quienes lo hacen para transmitir vivencias a través del humor, así lo afirman la influencer de comedia, Daniel Luciano y Albi Peralta.
El Humorista e instagramer, Daniel Luciano, considera que es tiempo de recapacitar y fomentar los valores en la creación de contenidos, para que estas acciones en un futuro no terminen siendo trágicas.