Santo Domingo.- Las nacionales colombianas y venezolanas rescatadas de una red de explotación sexual internacional por medio de la Operación Cattleya, eran ofertadas por medio de catálogos enviados a los “clientes” vía WhatsApp o redes sociales, donde se establecían las tarifas de los “servicios” por hora y lugar.
Los miembros de la red tenían diversos apartamentos en el Residencial Coco Real, ubicado en Bávaro, Punta Cana, provincia La Altagracia, para comercializar a las mujeres.
Los integrantes de la red tenían varios apartamentos en el Residencial Coco Real, ubicado en Bávaro, Punta Cana, provincia La Altagracia, para comercializar a las mujeres. También vendían las denominadas “Cattleyas” en la capital dominicana; en el Hotel Caribe y en el Hotel Oscar Inn (ubicado en las cercanías del Palacio de Justicia de Ciudad Nueva).
Según con las autoridades, si el cliente lo deseaba, las víctimas eran llevadas al domicilio requerido, pero siempre bajo la supervisión de uno de los miembros de la red y dependiendo el tiempo con una de estas mujeres, los clientes pagaban desde 200 a 2,000 dólares.
Los supuestos traficantes de personas captaban a las mujeres pobres o en situación de vulnerabilidad en sus países de origen. Les brindaban venir a la República Dominicana para trabajar como camareras en bares o restaurantes de Punta Cana, bajo la promesa de recibir altos ingresos.
Cuando conseguían el interés de las víctimas, los integrantes de la red se encargaban de cubrir los gastos de pasaje aéreo, emisión de pasaportes y las hospedaban en los hoteles y apartamentos, en donde presuntamente la despojaban de documentos, les revelaban que debían pagar entre 3,000 y 4,000 dólares si querían ser liberadas. Como las mujeres no tenían recursos, entonces la explotaban sexualmente.