REDACCIÓN INTERNACIONAL.- El rey Carlos III fue coronado en una solemne ceremonia que siguió las antiguas tradiciones en la Abadía de Westminster.
Miles de personas presenciaron el evento, incluyendo líderes mundiales, aristócratas y celebridades, mientras las trompetas resonaban en la abadía medieval. La congregación proclamó «Dios salve al rey Carlos» al inicio de la ceremonia, llena de simbolismo y emotividad.
El rey Carlos III inició su recorrido desde el Palacio de Buckingham en un carruaje tirado por caballos con adornos dorados. A lo largo de la ruta, miles de militares y decenas de miles de espectadores se congregaron, junto con algunos manifestantes, creando un ambiente de expectación y diversidad de opiniones.
Este acontecimiento marca el final de un viaje que ha durado siete décadas para Carlos, desde su papel como heredero al trono hasta su ascenso como monarca. Ahora, enfrenta el desafío de liderar la monarquía británica en un tiempo incierto, con nuevos desafíos y responsabilidades que lo esperan.