Redacción.- Bobi, el “perro más viejo del mundo” que murió en octubre supuestamente a los 31 años, perdió provisionalmente su título mientras el Guinness World Records (GWR) investiga su edad.
«Mientras se lleva a cabo la revisión, hemos decidido suspender temporalmente los títulos de perro más viejo vivo y perro más viejo de la historia, hasta que hayamos recibido todos los resultados», declaró el portavoz de una compañía.
La edad de Bobi había sido confirmada inicialmente por el Serviço Medico-Veterinário do Município de Leiria (Servicio Médico Veterinario del Municipio de Leiria), que afirmó que había sido registrado en 1992, mientras que SIAC, una base de datos de mascotas autorizada por el Gobierno portugués, lo verificó, según Anuncio del récord de febrero de GWR.
Según los informes, tenía 31 años y 165 días cuando murió en octubre.
Sin embargo, poco después de la muerte de Bobi comenzaron a surgir sospechas sobre la evidencia que supuestamente demostraba su verdadera edad.
Un portavoz le dijo a CNN el martes que la revisión formal de GWR ocurre cuando se cuestiona un título de registro e implica analizar evidencia existente, buscar nueva evidencia, comunicarse con expertos y aquellos vinculados a la solicitud original.
El dueño de Bobi, Leonel Costa, quien dijo que tenía 8 años cuando nació su perro en 1992, le dijo a GWR en febrero que había muchos secretos para la extraordinaria vejez del perro.
Bobi siempre deambulaba libremente, sin correa ni cadena, vivía en un ambiente “tranquilo y pacífico” y comía comida humana empapada en agua para quitarle los condimentos, dijo Costa.
Según Costa, era un Rafeiro do Alentejo de pura raza, una raza de perro guardián del ganado. Los Rafeiro do Alentejos tiene una esperanza de vida de entre 12 y 14 años, según el American Kennel Club.
Bobi pasó toda su vida en Conqueiros, un pequeño pueblo portugués a unos 150 kilómetros al norte de la capital, Lisboa, y a menudo deambulaba con gatos.
El récord anterior de perro vivo más viejo y perro más viejo de todos los tiempos lo ostentaba el perro ganadero australiano Bluey, que nació en 1910 y vivió hasta los 29 años y cinco meses.